El Salvador
jueves 14 de noviembre de 2024

Configuración del actual TSE y las denuncias de un fraude electoral

por Redacción


Los que antes resultaron afectados con los trucos baratos dentro del TSE, ahora los están aplicando. Mientras se continúe con estas prácticas, la tan cacareada democracia seguirá siendo un sueño para los salvadoreños.

Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) afirma que hay evidencias que el FMLN y sus “partidos cómplices” preparan un fraude electoral. El magistrado Walter Araujo ha respondido durante todo el proceso de preparación de las elecciones a los partidos FMLN y GANA, y la Fiscalía General de la República ha nombrado como fiscal electoral a Rosa Evelyn Alvarado, militante activa del FMLN.

Uno de los múltiples errores que cometieron diferentes cúpulas de ARENA durante los 20 años en el poder fue pensar que nunca estarían en la oposición. Esto los llevó a la arrogancia política de buscar controlar  la mayoría de instituciones del Estado y ordenar a sus diputados que aprobaran ciertas leyes sin reparar en las consecuencias de sus actos legislativos.

A simple vista esta práctica parece correcta, pero el tiempo ha demostrado que lo único que hicieron fue no mirar hacia el futuro. Fue como “bailar en la cubierta del Titanic”  mientras este se hunde.

Ahora reclaman y denuncian componendas en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), específicamente censuran la conducta del magistrado Walter Araujo, otrora un preeminente dirigente de ARENA. Cualquiera podría responder: a llorar,  a la iglesia.

A finales de las elecciones de 1988, ARENA centró su campaña electoral en denuncias de un contubernio en el Consejo Central de Elecciones (CCE) entre el PDC y PCN. Ganó la mayoría de escaños en la Asamblea Legislativa y un año después la presidencia de la República. Siempre buscó una integración en el organismo electoral que le beneficiara.

El extinto CCE y el ahora TSE han estado  copados por gente que respondía a determinados partido, pese a que fueron elegidos de ternas enviadas por la Corte Suprema de Justicia o propuestos por terceros.

En mayo de 2009, por ejemplo, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la elección de los magistrados del TSE  Julio Eduardo Moreno Niños y Oscar Morales Herrera, como magistrados propietario y suplente, respectivamente.

La resolución de la Sala estableció que los magistrados señalados carecían de legitimidad democrática previa, y eran miembros de partidos políticos que no participaron en la elección presidencial de marzo de 2009, y por lo tanto, no podían integrar el TSE. Moreno Niños y Morales provenían de ternas no partidistas y eran militantes del PCN y PDC, respectivamente.

Pero eso no es todo. La historia del TSE está plagada de casos de magistrados que han respondido _y continúan haciéndolo_ a determinado partido, pese a haber sido propuestos y elegidos en representación de otro.

Cierto es que las artimañas del pasado no justifican el caso actual denunciado por ARENA. Walter Araujo podría haber hecho su “trabajo” sin recurrir a polémicas públicas y críticas a dirigentes areneros. Algunos observadores creen que lamentablemente en este tipo de triquiñuelas  no se puede hablar de posiciones inmorales, sino de amorales.

Uno de los argumentos para iniciar la guerra en la década de los setenta fue el sistema electoral amañado al servicio incondicional del partido en el poder.

Cuando era oposición el  FMLN también formuló denuncias de fraude electoral. Una de ellas fue en las elecciones de 2004, cuando su líder histórico Schafik Handal perdió frente a Elías Antonio Saca.

Los que antes resultaron afectados con los trucos baratos dentro del TSE, ahora los están aplicando. Mientras se continúe con estas prácticas, la tan cacareada democracia seguirá siendo un sueño para los salvadoreños. Hay que ver más allá que la punta de nuestra nariz y dejar a un lado intereses de grupo.

¿A quién beneficia la posición de Araujo dentro del TSE? Es obvio que a ARENA no.

La configuración del presente TSE responde a una estrategia de cara a las elecciones de febrero próximo. Es exagerado decir que se podría estar fraguando un fraude, pero sí maniobrar para admitir o rechazar demandas de partidos, inscribir candidatos en forma rápida, mantener gente en puestos clave dentro del organismo, colocar supervisores con camisetas del TSE y realmente son de partidos, etc., etc.