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Era una madrugada del 18 de marzo de 2021, cuando Luis Eduardo Mejía decidió ejecutar el macabro plan que tenía en mente: asesinar a su familia.
Mejía aprovechó el silencio de aquella madrugada para arrebatarle la vida a su padre, hermano, abuela y madrastra, con el único objetivo de apropiarse de una herencia.
Las intenciones de Mejía se vieron frustradas al ser descubierto por las autoridades, quienes lo pusieron a disposición del Ministerio Público para enfrentar un proceso judicial por estos hechos.
Con relación a este caso, la Fiscalía General de la República (FGR), presentó los suficientes elementos probatorios que demostraron la culpabilidad del acusado, por lo que fue condenado a 180 años de cárcel por homicidio agravado.