Hanukkah es también conocida como la Fiesta de las Luces, Luminarias o fiesta de los Macabeos. Es una celebración hebrea que inicia el 25 de kislev, tercer mes del calendario (lunar) hebreo y se extiende por ocho días corridos hasta el día 2 de tevet.
Este año en el calendario gregoriano comenzó en la tarde del domingo 18 de diciembre y finaliza al caer la tarde del 26 de diciembre. Esta fiesta y su significado se basa en el suceso de purificación del segundo templo de Jerusalén.
Cuando los macabeos regresaron encontraron el templo profanado. La menorá, un candelabro de 7 brazos que debía estar permanentemente encendido, estaba apagado y contenía aceite únicamente para un día; a pesar de ello, los macabeos la encendieron y esta se mantuvo encendida por sí misma los 8 días que duraba la purificación del Templo.
En honor a este evento, durante Hanukkah, las velas de un candelabro especial de 9 brazos, llamado Hanukkia, se encienden progresivamente, a razón de una vela por noche hasta completar ocho (la novena vela se conoce como Shemesh o vela Piloto y es de la que se toma el fuego para encender a las demás).
De acuerdo con Gavriel Zeytim, representante de ANANAH (Centro de estudios especializados en Torá y lengua hebrea en El Salvador), la luz de HaShem (Dios como frecuentemente se le dice en castellano) es infinita, buena y está presente en todo. Pero en ocasiones se encuentra en un estado latente, por lo que nuestro trabajo es revelar la luz a través de una constante transformación y renovación de nuestro ser. Hanukkah nos ejemplifica ese proceso evolutivo y constante para iluminar cada aspecto de nuestra vida y así lograr una verdadera rededicación de nuestro templo interior.