Feligreses católicos en El Salvador comenzaron este miércoles el tiempo de Cuaresma con un rito de imposición de ceniza modificado por segundo año consecutivo por la pandemia de la covid-19.
Anteriormente, lo común era que el sacerdote marcara sobre la frente de los devotos una cruz, pero debido a las restricciones sanitarias por el virus de la covid-19 el rito fue modificado desde el año pasado y ahora los religiosos dejan caer la ceniza sobre las cabezas de los fieles católicos.
La ceniza está hecha de las palmas del anterior Domingo de Ramos, que es guardada hasta el Miércoles de Ceniza.
Las principales iglesias de San Salvador lucieron con una considerable afluencia de salvadoreños que acudieron desde tempranas horas para celebrar el Miércoles de Ceniza, que marca el comienzo de un periodo de 40 días de preparación y de reflexión para los católicos previo a la Semana Santa.
Los feligreses acataron las medidas de sanidad establecidas por la iglesia Católica, como el distanciamiento de dos metros y llevar mascarilla, según constató Efe, para evitar la propagación de contagios de coronavirus.
El Salvador oficialmente reporta 156.364 casos confirmados de la covid-19, de los que 19,880 están activos, 132,410 recuperados y 4,074 fallecidos.
A partir de ahora comienza en El Salvador, un país en el que las procesiones religiosas se desarrollan en diferentes partes del país, la época de la Cuaresma, que finalizará después de Semana Santa.
La Semana Santa, un periodo de reflexión en el que se actualizan los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.
En el país centroamericano, aproximadamente el 70% de la población profesa la fe católica.