Chepe Diablo fue detenido en 2017 por el delito de lavado de dinero. Lo acusaron de lavar más de 130 millones de dólares provenientes del narcotráfico. Durante casi cuatro años intentó, a través de sus abogados, desmontar el caso. Pero no pudo. Hasta hace poco menos de un mes, cuando la Cámara Segunda de lo Penal de San Salvador lo exoneró de ese delito.
Una fuente que habló con Diario 1 bajo la condición de anonimato aseguró que el intento de exonerar a Chepe Diablo costó $20 millones de dólares.
La misma fuente aseguró que detrás del intento de exoneración hay un plan que involucra a abogados y jueces.
Agregó que todo se habría tratado de una red de sobornos y tráfico de influencias para favorecer a Chepe Diablo y a sus cómplices, acusados de lavar 132 millones de dólares.
De acuerdo con el informante de Diario 1, el plan tiene como protagonista a Gerardo Cisneros, defensor de Chepe Diablo, y a la magistrada de la Cámara Segunda de lo Penal, Rosa María Fortín. El primero fue coordinador de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia durante los años que Rosa María Fortímagistrada de ese tribunal (2006-2015).
Por lo tanto, la fuente señala que ella no debió conocer el recurso presentado por Cisneros, pues eso representa un claro conflicto de interés.
El plan también tendría como operador a Marco Antonio Fortín Huezo, expresidente de ANDA y hermano de Rosa María Fortín Huezo, una de las magistradas que firmó la resolución que favoreció al también —según investigaciones policiales y periodísticas— cabecilla del cártel de Texis.
El pasado 21 de mayo, la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección Centro, integrada por las magistradas Rosa María Fortín y Ana Victoria Martínez de Blanco, emitieron una resolución que exonera a Chepe Diablo y Juan Samayoa por el delito de lavado de dinero.
Ambas magistradas argumentaron que ambos ya habían sido procesados por el mismo caso en 2014, cuando se les acusó por evasión de impuestos y, por lo tanto, al acusarlos de lavado de dinero, había un doble juzgamiento.
No obstante, un abogado que habló con Diario 1 indicó que eso no es cierto, pues en 2014 a Chepe Diablo y a Juan Samayoa se les procesó por los años fiscales de 2010 y 2011. Pero el actual proceso abarca de 13 años, es decir, según la Fiscalía General de la República (FGR) entre 2003 y 2015 pasaron por las manos de Chepe Diablo y sus cómplices 132 millones de dólares de los que no tienen una fuente legal para justificarlos.
Las magistradas también argumentaron que la Fiscalía General no pidió las auditorías del Ministerio de Hacienda de los 13 años por los que se les acusa a los imputados.
Pero la misma fuente señaló que no es cierto que la Fiscalía debe ordenar auditorías del Ministerio de Hacienda para determinar que existe dinero no justificado para poder acusar por lavado de dinero.
El abogado explicó que el delito de lavado de dinero es autónomo. Por lo tanto, no se puede alegar que hay doble juzgamiento por el hecho que Chepe Diablo y Juan Samayoa fueron procesados por evasión de impuestos en 2014.
Diario1 buscó a la magistrada Rosa María Fortín para solicitarle una entrevista sobre la resolución en la que exoneró a José Adán Salzar. El pasado 1 de junio, a las 3:50PM se entregó una carta de solicitud al secretario de la Cámara. El 2 de junio, a las 3:10PM, fue llevada otra carta de solicitud de entrevista a la Cámara, donde se pedía entrevistas a las dos magistradas de esa Cámara. Al cierre de esta nota, no había respuesta a ninguna de las dos solicitudes.
Chepe Diablo y el narcotráfico
En 2011, el periódico digital El Faro reveló la existencia del cártel de Texis, una organización de narcotráfico que opera en el occidente del país, y puso a Chepe Diablo como el principal cabecilla. En 2014, el gobierno de los Estados Unidos lo declaró capo internacional de la droga. En 2017, la Fiscalía General de la República lo acuso de lavar varios millones de dólares provenientes del narco.
En septiembre de 2019, la misma Fiscalía aseguró que Chepe Diablo creó una red de empresas offshore en Panamá para lavar dinero proveniente del narcotráfico.
Uno de los fiscales del caso le dijo a La Prensa Gráfica que tenían información sobre alianzas que Chepe Diablo y Juan Umaña Samayoa, exalcalde de Metapán, establecieron en Panamá para poder traficar con droga y lavar dinero.
La información que la Fiscalía tiene en su poder son 68 páginas sobre una investigación realizada por las autoridades panameñas respecto a operaciones de Chepe Diablo y Juan Samayoa en Panamá.
Fue la Fiscalía de El Salvador la que solicitó a la Fiscalía Superior de Asuntos Internacionales de Panamá información sobre pesquisas contra Chepe Diablo, el exalcalde de Metapán y otros siete parientes de ellos que están acusados de lavar $132 millones por medio de 38 empresas, entre ellas Agroindustrias Gumarsal.
La hipótesis de la Fiscalía era que parte del dinero de Chepe Diablo fue a parar a la Fundación Cultivando el Progreso, creada el 19 de noviembre de 2013 en Panamá.
Peritos ofrecidos por la Fiscalía determinaron que esa sociedad está vinculada a una estructura de cinco empresas offshore panameñas relacionadas con algunas de las empresas de cartón”, detalló La Prensa Gráfica.
Los capos de Texis
Chepe Diablo es originario de Metapán, Santa Ana. Tiene 70 años de edad. Su historia empresarial está plagada de dudas: empezó como cambista de quetzales a colones en la frontera de El Salvador y Guatemala; y, en pocos años, se convirtió en un millonario dueño de gasolineras, hoteles y otros negocios.
A mediados de los años noventa era un próspero empresario. Pero las dudas en torno a su fortuna crecían. En 1997, por ejemplo, fundó junto con Juan Umaña Samayoa una empresa de granos llamada Gumarsal. Este último se convirtió años después en alcalde de Metapán.
Juan Samayoa, por su parte, tiene un largo historial delictivo. Informes de inteligencia policial indican que en los años ochenta estuvo involucrado en el contrabando de mercadería.
A mediados de los años noventa comenzó a comercializar granos básicos. Fundó, junto con Chepe Diablo la empresa Agroindustrial Gumarsal. Su patrimonio había crecido aceleradamente. Eso levantó sospechas. Las autoridades policiales comenzaron a darle seguimiento a sus negocios.
A finales de los años noventa se metió a la política. Primero fue concejal de la alcaldía de Metapán por ARENA, pero luego abandonó ese partido. Para las elecciones municipales del 2006, Samayoa disputó la alcaldía cobijado por la bandera del PCN.
En 2011, el periódico digital El Faro reveló que Juan Samayoa era uno de los cabecillas del Cártel de Texis. Pese a esa publicación y a los tres informes policiales existentes, las autoridades no hicieron nada por judicializar el caso.
Un año antes, Samayoa había ganado por segunda vez consecutiva las elecciones municipales en Metapán. Se jactaba de no haber hecho campaña política para el segundo período: decía que su primera gestión hablaba por sí sola.