Este martes fue el regreso estudiantil a las aulas de unas 3,500 escuelas, más de un año después del cierre, y los maestros centrarán sus esfuerzos en los primeros días en la atención a la salud mental de los estudiantes tras meses de encierro y lejanía de sus compañeros.
Las autoridades salvadoreñas habilitaron las clases semipresenciales, en las que los padres tienen la libertad de enviar o no sus hijos a la escuela, en momentos en los que las cifras de contagios llegaron a los 65,491.
«Hemos establecidos que los alumnos, en la primera semana, van a regresar para ser atendidos en su salud psicoemocional. Este día no van a estudiar matemáticas, no van a estudiar ciencias, no van a estudiar nada de eso», indicó la ministra de Educación, Carla Hananía de Varela.
La funcionaria agregó que «esta semana es de evaluación personal y de aprendizajes», porque «sin la salud mental no podemos caminar normalmente» y los maestros fueron capacitados para ello.
«El confinamiento, todas las presiones que hemos vivido durante el año 2020, los duelos, la misma tensión de la enfermedad (…) ha impactado en la salud mental y debemos ocuparnos en la parte fundamental del ser humano», añadió Hananía de Varela.
Está semana, las aulas estarán con el 50 % de los estudiantes que se acogieron a la modalidad semipresencial y el resto asistirá la siguiente semana, según explicó la ministra.
Las cifras del Gobierno indican que la pandemia se había cobrado la vida de 2,030 personas hasta el fin de semana pasado, pero los datos de diferentes Alcaldías entregadas a la Asamblea Legislativa y divulgados por medios locales indican que 5,563 personas fueron sepultadas desde 2020 bajo protocolos de Covid-19.
El cuido individual
De acuerdo con el Ministerio de Salud, uno de los grupos menos golpeados por los contagios es de los que tienen entre 10 y 19 años, que componen buena parte de los estudiantes, con 2,309 casos.
La ministra de Educación apeló al cuido individual de los estudiantes para evitar brotes de Covid-19 en las escuelas, de las que más de 5,000 tienen autorización para abrir.
«A partir de este día tenemos una responsabilidad individual, una responsabilidad personal y de nosotros depende que todos los días sean seguros», enfatizó.
Recordó que «el 11 de marzo de 2020 se cerraron estas puertas y hasta este día volvemos a ver a nuestros alumnos» y «hemos trabajado todos los días para que este día ustedes pueden regresar de una manera segura».
Agregó que este regreso a las aulas es opcional, gradual y que los estudiantes que decidieron no regresar aún a las aulas seguirán utilizando las plataformas digitales, de las que se valieron en los meses anteriores para continuar su educación.
El protocolo gubernamental «La alegría de regresar a la escuela» establece la vigilancia del estado de salud de los estudiantes en el hogar, transporte escolar, y aulas. En caso de que un estudiante presente síntomas de Covid-19, este deberá ser trasladado a un centro de atención médica.
El Gobierno anunció que adquirió «más de mil toneladas de insumos de bioseguridad» para dotar a las escuelas de termómetros, mascarillas y alcohol.
La vacunación sigue
El ministro de Salud, Francisco Alabí, indicó este martes en una entrevista televisiva que se concluyó con la vacunación de los maestros de las escuelas públicas que aceptaron la primera vacuna y que comenzaron con 13,300 docentes del sector privado.
De acuerdo con Alabí, ayer mismo se comenzó con la vacunación de las personas con enfermedades crónicas, sin que se conozcan cifras ni la forma en la que fueron seleccionadas.
El Gobierno salvadoreño apuesta por la «inmunidad de rebaño» con la vacunación de 4,5 millones de personas, para lo que el país tiene «adquiridas» al menos 6,7 millones de vacunas de los 9 millones de dosis que necesita y de las que ya ha recibido 1,1 millones.
Alabí aseguró que «tenemos como meta el colocarle al menos una vacuna a estos 4,5 millones» en el año en curso y de las que a la fecha se han aplicado más de 133,300 vacunas.
No obstante, el Ministerio de Salud puso bajo reserva la información sobre las negociaciones con las farmacéuticas y el plan de vacunación, además todos los datos generados en la toma de pruebas para detectar el virus.