El 21 de marzo del 2012, Paolo Lüers llegó a la Nunciatura Apostólica, en San Salvador, donde se daría una conferencia de prensa que intentaba ocultar la tregua que el gobierno del presidente Mauricio Funes había hecho con las pandillas. Los conferenciantes eran Raúl Mijango, un exguerrillero, y el obispo castrense Fabio Colindres. Ambos se presentaron como mediadores y aseguraron que la conversión de las pandillas era sincera.
En un principio, Paolo Lüers dijo que asistió a esa conferencia guiado por mera curiosidad periodística. Pero mintió. Lo cierto es que todo era parte de un plan para defender la tregua entre pandillas. Su pluma serviría, a partir de entonces, para embellecer uno de los pactos más oscuros de la última década.
Meses después, cuando se descubrió que la disminución de homicidios no era resultado de los planes de seguridad implementados por el gobierno de Funes, sino producto de una turbia negociación entre cabecillas de pandillas y funcionarios del Ejecutivo, Paolo Lüers reconoció que su excompañero de guerrilla, Raúl Mijango, lo había invitado a integrarse a un equipo dedicado a defender la tregua.
Lüers y Mijango fueron compañeros en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las facciones más sanguinarias de la exguerrilla del FMLN. Quizá por eso, cuando Mijango le pidió a Lüers integrarse al equipo que calificaban la tregua como un acto de buena voluntad, el excantinero, quien por entonces ya era colaborador de El Diario de Hoy, no dudó en hacerlo.
A partir de entonces, Lüers se convirtió en uno de los más férreos defensores y mediadores de la tregua entre pandillas. Su rostro comenzó a figurar en eventos que promocionaban la tregua.Escribió artículos y reportajes adulando la perversa negociación que solo trajo beneficios para las pandillas, quienes, por otra parte, aprovecharon las prerrogativas del gobierno para reorganizarse y armarse; y, en 2015, cuando el pacto fue roto por el nuevo gobierno, se lanzaron a una guerra que cobró la vida de miles de salvadoreños.
Paolo Lüers: miles de dólares para delincuentes
Para el año 2014, Lüers había acumulado un fuerte capital con las maras. Se codeaba con algunos de los cabecillas de las tres principales pandillas. Ellos, por su parte, confiaban en él.
La tregua se había debilitado, pero todavía existían vasos comunicantes entre algunos mediadores y funcionarios del gobierno con las pandillas, quienes, para entonces, se habían dado cuenta del poder político que tenían. Podían reducir o incrementar los homicidios cuando quisieran. Podían desestabilizar al gobierno.
Los cabecillas de pandilla sabían que las elecciones presidenciales de ese año serían una nueva oportunidad para recuperar los beneficios perdidos por el desprestigio de la tregua.
El exguerrillero, Paolo Lüers, aparecería en escena nuevamente. Ya no como un aliado del gobierno, sino como un intermediario entre el partido ARENA y las pandillas.
Los partidos políticos se habían dado cuenta que las pandillas eran un elemento clave para ganar las elecciones. No solo por la cantidad de votos que podían sumar con sus integrantes en libertad y familiares, sino por la coacción de ciudadanos que podían efectuar en barrios dominados por ellos para que votaran a favor de cierto partido político.
Una investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) revela que después de la derrota en la primera vuelta de las presidenciales de 2014, el candidato de ARENA, Norman Quijano, llamó a Paolo Lüers para pedirle que se acercara a las pandillas para negociar favores políticos a cambio de dinero. Sabía que Lüers era un hombre cercano e influyente con las pandillas.
La investigación fiscal detalla que Lüers le tomó la palabra a Quijano y buscó a su amigo Raúl Mijango, quien a su vez llamó a los cabecillas más importantes.
Fue entonces que Lüers, en nombre de ARENA, pagó 100 mil dólares a la MS y a las dos facciones del Barrio 18.Finalmente, Quijano perdió la elección presidencial.
En abril del 2020, Paolo Lüers fue acusado por los delitos de asociaciones ilícitas y fraude electoral. Actualmente el caso está en la fase de investigación, pero podría ser condenado a muchos años de prisión por sus nexos con pandillas.
Paolo Lüers, el alemán que vino a El Salvador a empuñar un fusil
De origen alemán, en la década de los años ochenta, Paolo Lüers vino al país y se incorporó a la guerrilla en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Con fusil en mano combatió en las montañas del país.
Cuando finalizó la guerra se quedó en El Salvador. Durante varios años administró un bar. Fue dueño de La Ventana.
Con los años su pensamiento tuvo un cambio radical, de un extremo a otro, de revoltoso a conservador. Se convirtió en uno de los columnistas más polémicos de El Diario de Hoy.
A veces sus planteamientos rozan lo visceral. Pierde la cordura e insulta vulgarmente. Se vuelve intolerante y dogmático, según personas que han observado su conducta en las redes sociales, sobre todo en Twitter, que ahora ha convertido en su “tatú cibernético”.
Ahora dice ser periodista porque escribe una columna de opinión en El Diario de Hoy.