El Salvador
domingo 12 de enero de 2025

El perito que intentó maquillar millonario lavado de Chepe Diablo

por Redacción


Fiscalía cuestiona que peritaje contable ordenado por la defensa del clan Salazar-Umaña, no contempló los registros bancarios que denotan injustificados movimientos de ingentes sumas de dinero, en un lapso de casi 15 años.

En uno de sus últimos intentos por evitar la cárcel para sus representados, la defensa legal de José Adán Salazar Umaña (Chepe Diablo) y el exalcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa, presentó un perito contable que trató hacer pasar por normales, los flujos de dinero que las sociedades fantasmas del núcleo familiar de Chepe Diablo, movieron por quince años.

Previo al 18 de diciembre de 2019, cuando Chepe Diablo y otros ocho acusados fueran enviados a juicio por delitos como lavado de dinero, sus abogados defensores tenían planteada una estrategia de desestimar las indagaciones financieras conducidas por la Fiscalía.

(El peritaje de la Fiscalía) “fue extemporáneo e irregular, y esto es contrario a principios constitucionales, debido proceso igualdad de partes. Nos quejamos que nuestros peritos no tuvieron acceso  a documentación,  por lo tanto ese diagnóstico es el resultado de un estudio impreciso e inexacto” señaló uno de los abogados.

La Fiscalía General de la República (FGR) había hecho nuevas revelaciones en la etapa de instrucción del caso, iniciado en 2017: Tanto Chepe Diablo, como Juan Umaña Samayoa, a través de las empresas Gumarsal y Hotesa, obtuvieron un incremento  patrimonial no justificado de más de $508 millones, y dejaron de pagar al fisco, alrededor de $138 millones, lo cual habría sido lavado en el sistema financiero nacional.

Después de sortear los obstáculos planteados por la pandemia, el juicio contra Chepe Diablo y Umaña Samayoa, en el que también figuran Sara Paz Martínez, Susana Nohemí Salazar, Romelia Guerra Argueta, José Adán Salazar Martínez, Wilfredo Guerra Umaña, Transito Ruth Mira de Guerra y Miriam Haydee Salazar de Umaña; inició el pasado 26 de octubre.

Tres meses más tarde, la defensa presentó un peritaje contable para justificar los ingresos y bienes obtenidos por el clan, entre 2003 y 2017. Los abogados adujeron que la experticia probaría que el superávit de las empresas de sus representados era legítimo, producto de “negocios prósperos”.

Según el perito, la auditoría abarcó ocho meses y tomó como base los estados financieros de las sociedades del grupo de Chepe Diablo, así como declaraciones de renta e Impuesto al Valor Agregado (IVA), además de los documentos incautados por la Fiscalía. La pericia particular de la defensa, concluyó que no había nada inusual en las finanzas de las 32 sociedades ligadas a Chepe Diablo.

Algunos de los datos que arroja este informe son que en 2003, el flujo de efectivo de Chepe Diablo era de un poco más de $388 mil, y que hasta 2016, solo meses antes de su captura, el mismo ascendía a $5.7 millones.

No obstante, la Fiscalía sostuvo días más tarde de esta intervención de la defensa, que Chepe Diablo no era muy amigo de las cuentas bancarias, sino que pagaba todos sus bienes con dinero en efectivo.

Negocios inexplicables

Declaraciones de testigos consultados por la Fiscalía, revelan entre otras cosas, negocios inexplicables como que entre los años 2004 y 2017 compró nueve vehículos por $139,168 con dinero de origen oscuro.

Y con los carros nuevamente hay cosas raras. El 4 de septiembre de 2004, por ejemplo, compró un BMW por $25 mil y casi dos años más tarde lo revendió por $30 mil; en 2004 también compró un Porsche a $25 mil y tres años después lo revendió por $40 mil.

La representación fiscal salió al paso de estas conclusiones y señaló que el perito particular, solo tomó como base los estados contables de las empresas, y no la información bancaria, que demostraba movimientos irregulares. Uno de los fiscales llegó declarar que el perito había trabajado antes como auditor externo, en las sociedades de los acusados.

Todos estos hallazgos forman parte del tramo de alegatos finales en el juicio contra el clan, del cual se espera, exista una sentencia en los próximos días. Se desconoce si la Fiscalía propondrá procesar penalmente al perito de la defensa.

José Adán Salazar Umaña, de 72 años, originario del municipio de Metapán, tiene una historia empresarial plagada de dudas: empezó como cambista de quetzales a colones en la frontera de El Salvador y Guatemala; y, en pocos años, se convirtió en un millonario dueño de gasolineras, hoteles y otros negocios.

Las indagaciones de la Fiscalía mencionan que a finales de la década de los 90, forman junto con Juan Umaña Samayoa, la sociedad Gumarsal, de la que luego vende sus acciones y años más tarde, Wilfredo Guerra Umaña, hijo de Juan Umaña Samayoa, asume el control.

Umaña Samayoa emprendió una carrera política como alcalde de Metapán, mientras que Chepe Diablo se convirtió en un objetivo de las autoridades. Una ficha de la Policía Nacional Civil (PNC), que data desde el año 2017, dice que Salazar Umaña maneja toda la estructura de lavado de dinero a nivel occidente, debido a sus propiedades inmobiliarias y bienes raíces: “El dinero es lavado en sus empresas y sale limpio para los demás miembros de la estructura”, indica la ficha.

La misma PNC inició desde el año 2000 investigaciones por supuesto tráfico de drogas, pero las mismas fueron archivadas y no se sabe sí, al concluir el juicio contra Chepe Diablo y su estructura, vuelvan a retomarse.

Por su parte, Wilfredo Guerra, presidente de Gumarsal hasta el tiempo en que se logra desmantelar la estructura de su familia en 2017, continúa prófugo de la justicia, junto a tres de sus parientes.