El Salvador
sábado 23 de noviembre de 2024

Chepe Diablo pagó deudas y compró casas y carros con dinero en efectivo

por Redacción


Los testigos contaron que él mismo llevaba a sus empleados con bolsas llenas de dinero para cancelar las deudas con sus proveedores.

José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, tenía mucho dinero en efectivo. Muchísimo. Por sus manos pasaron, entre los años 2004 y 2017, unos 4 millones 545 mil 574 dólares en billetes pequeños y grandes, de acuerdo con las pericias contables que la Fiscalía General de la República (FGR) presentó en el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador.

En el juicio en su contra sus testigos de descargo (quienes en teoría llegaron para reforzar su defensa) dijeron algo muy particular: Chepe Diablo siempre pagaba en efectivo grandes cantidades de dinero. No era muy amigo de las cuentas bancarias, de los cheques ni de las tarjetas de crédito.

Los testigos recordaron, por ejemplo, que pagaba miles y miles de dólares en efectivo por los combustibles que revendía en sus gasolineras en Metapán. Él mismo llevaba a sus empleados con bolsas llenas de dinero para cancelar las deudas con sus proveedores; otras veces ellos iban solos en el transporte colectivo con esas grandes sumas embolsadas.

Entre los años 2004 y 2017 pagó 1 millón 470 mil 100 dólares por 19 casas y terrenos. ¿De dónde sacó el dinero? Nadie sabe. Es de origen oscuro.

También compraba propiedades y las revendía sin ganar ni un centavo e incluso perdiendo parte de la inversión. Por ejemplo: compró dos inmuebles por 100 mil dólares cada uno y los revendió, unos pocos meses después, por 100 mil dólares. No ganó nada. Su lógica de lucro perdido no parece propia de un empresario.

Los peritos encontraron que Chepe Diablo compró un préstamo de 400 mil dólares que se supone los invertiría en la construcción de las gasolineras Texaco Metapán y Texaco Bolívar. El costo, sin embargo, fue de 425 mil dólares y el préstamo lo adquirió unas semanas después de haber pagado las gasolineras.

Es decir: primero pagó con dinero que ya tenía y después buscó un préstamo para pagar lo que ya había pagado.

El 14 de septiembre de 2009 ACCOVI de RL le prestó 225 mil dólares que él ocuparía pagar cancelar una deuda de 400 mil dólares.

Lo paradójico es que esa deuda de 400 mil dólares la había terminado de pagar en agosto de 2009.

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, entre los años 2004 y 2017 compró nueve vehículos por 139 mil 168 con dinero de origen oscuro. Y con los carros nuevamente hay cosas raras. El 4 de septiembre de 2004, por ejemplo, compró un BMW por 25 mil dólares y casi dos año más tarde lo revendió por 30 mil dólares; en 2004 también compró un Porsche a 25 mil dólares y tres años después lo revendió por 40 mil dólares.

Los fiscales del caso explicaron en la audiencia que en ese rubro opera una lógica simple: cada año que transcurre los vehículos pierden valor porque se deprecian.

Los de Chepe Diablo, sin embargo, parece que ganaban valor.

Al presunto cabecilla del Cártel de Texis también le alcanzaba el dinero para comprar acciones de empresas. Entre 2004 y 2017 adquirió 5 mil 735 acciones de Hoteles San José (HOTESA) por 327 mil 697 dólares; 70 acciones de Servicios Turísticos por 7 mil 999 dólares; 3 mil 624 acciones de HOTESA por 207 mil 75; y 50 acciones de Salazar Espinoza por 1 mil dólares.

¿De dónde sacaba tanto efectivo para comprar?

El 12 de diciembre de 2012 prestó 400 mil dólares a Óscar Manuel Chávez Mazariego y Juan José Martínez Flores de los cuales se desconoce el origen de 250 mil dólares. Los deudores, además, nunca pagaron a Chepe Diablo.

Los fiscales del caso expusieron una conclusión que puede explicar porqué Salazar Umaña tuvo tanto dinero en efectivo: el narcotráfico. Hay muchos indicios de eso.

En el juicio los fiscales presentaron la certificación de la investigación contra Jesús Sanabria, exconcejal de Metapán, que fue condenado por actos preparatorios para el delito de tráfico ilícito.

Sanabria, además, depositaba grandes sumas de dinero en las cuentas de Chepe Diablo.

También presentaron la denuncia que Julio Paiz Carmona interpuso acusando a Chepe Diablo de tráfico de drogas en Guatemala.

El 5 de julio de 2000 la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil (PNC-DAN) elaboró un informe en el que consta que Chepe Diablo transportaba drogas desde Nicaragua hacia la zona Occidental de El Salvador.

En un operativo de compra controlada de un kilo de cocaína Roberto Herrera, alias El Burro, dijo que estaba enojado porque Salazar Umaña ya no le contestaba llamadas telefónicas ni mensajes. Sobre él dijo, según citaron los fiscales: «Chepe Diablo es un gran narcotraficante de la zona (Occidental), quien no lo conoce».

¿Quién no lo conoce? En el allanamiento a una de sus casas en Juayúa, Sonsonate, los investigadores encontraron una carta que el reo Pedro Aquileo Reyes Fuentes mandó a Chepe Diablo: «Espero no incomodarlo con estas letras (…) una palabra suya me ayudaría para salir de este lugar (la cárcel)».

Reyes Fuentes tenía razón en su sospecha. El testigo protegido número 98 contó que recibió la orden de Luis Martínez, fiscal general entre los años 2015 y 2018, de evitar a toda costa la realización de una investigación (pericia financiera) en las cuentas de Chepe Diablo.

«No sé cómo van a hacer pero van a dejar sin efecto esa babosada», aseguró el testigo que le ordenó el fiscal general.

Mario Huezo, que entonces era el fiscal encargado de investigar a Chepe Diablo, se negó a desistir. Entonces Martínez lo relegó y en su lugar puso a la fiscal Alessia Herrera.

La investigación fue archivada y la Fiscalía devolvió una montaña de pruebas a Chepe Diablo. Tiempo después el cabecilla de Texis salió de la lista OFAC.

«No podemos dejar de lado el narcotráfico con los delitos de corrupción», concluyó el fiscal.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS