EFE. Al menos 70 sismos han sido registrados entre las localidades de Chirilagua y San Miguel, ambas ubicadas en oriente de El Salvador, debido a la activación de fallas geológicas, informó este lunes el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
La fuente estatal precisó que estos sismos, que por el momento no han ocasionado víctimas ni daños materiales, se han generado entre las 5:56 p. m. del 23 de diciembre y las 12:05 m. de este lunes.
Del total de temblores, 22 han sido sentidos por la población y el sismo de mayor magnitud ocurrió a las 9:15 a. m. del 26 de diciembre, tuvo una magnitud de 4.5, una profundidad de 6 kilómetros y una intensidad de entre 5 y 6 en la escala de Mercalli modificada.
El MARN señaló que «por las características de las señales registradas, el origen de esta actividad sísmica es atribuido a la activación de fallas geológicas en la zona».
Indicó que, de acuerdo con el historial sísmico de la zona, esta actividad podría prolongarse durante varios días e incluso semanas, «sin descartarse la ocurrencia de sismos con magnitudes mayores a las ya registradas».
Agregó que se dará seguimiento a dicha actividad sísmica para informar a la población sobre la evolución de este fenómeno y recomendó atender las indicaciones emitidas por las autoridades de Protección Civil y no prestar atención a rumores o a información no oficial acerca de esta situación.
La última vez que El Salvador fue asolado por los movimientos telúricos fue en el año 2001, cuando se produjeron dos terremotos de magnitud 7,7 y 6,6.
El primero se registró en el océano Pacífico frente a la costa oriental del país el 13 de enero y dejó 944 fallecidos, mientras que el 13 se febrero del mismo año se produjo uno con epicentro en el departamento de San Vicente (este).
Este último causó la muerte de 315 personas, dejó 82 edificios públicos dañados y 41 mil 302 viviendas destruidas.
En El Salvador, la mayoría de los sismos que se producen habitualmente tienen su origen en aguas del océano Pacífico y a mucha mayor profundidad, lo que en ocasiones los hace imperceptibles para la población, mientras que los que se originan en tierra próximos a la superficie son más sentidos y dañinos.