Al menos 21 muertos, desaparecidos, miles de afectados, así como casas, vías y cultivos arrasados ha dejado hasta este jueves Eta en Centroamérica, a donde llegó el martes como un poderoso huracán para degradarse a una tormenta tropical que está influyendo en la región, muy vulnerable a los desastres naturales.
Honduras reportó este jueves que los muertos por derrumbes que sepultaron casas o por inundaciones llegaron al menos a 11, la mayoría niños y adolescentes, que hay personas desaparecidas y que más de 6.000 han sido evacuadas y más de 3.500 están en albergues.
Zonas de cultivos, viviendas, carreteras, puentes y otras infraestructuras fueron destruidas en Honduras, a donde Eta llegó el miércoles procedente de Nicaragua ya como una depresión tropical, desplazándose ahora con vientos sostenidos de 45 kilómetros por hora.
Un escenario semejante dejó el fenómeno climático en Nicaragua, donde siendo un poderoso huracán, con vientos sostenidos de hasta 240 kilómetros por hora, tocó tierra en una remota región del Caribe dejando dos muertos, no reconocidos por el Gobierno, y un rastro de destrucción.
Según información difundida por los lugareños, comunidades indígenas remotas como Wawa Bar y Lamlaya quedaron totalmente devastadas, mientras que en Bilwi cayeron árboles y postes, colapsó el estadio de béisbol, y viviendas e iglesias quedaron sin techo.
El Gobierno nicaragüense informó este jueves que han comenzado a regresar a sus hogares las más de 30.000 personas que se encontraban evacuadas en albergues.
La influencia de Eta, la vigésimo octava tormenta con nombre de la temporada activa de huracanes de 2020, se ha hecho sentir en toda Centroamérica, una región con volcanes, costas en el Atlántico y el Pacífico y unos 50 millones de habitantes, muchos pobres y asentados en zonas de alto riesgo, que la hacen de las zonas más vulnerables del planeta a los desastres naturales.
Al menos cuatro personas murieron, incluidos dos niños, y otras dos están desaparecidas en Guatemala debido a las lluvias causadas en las últimas horas por el influjo de Eta, y el Gobierno decretó el estado de calamidad en ocho de los 22 departamentos del país.
Las autoridades de protección civil señalaron que han sido evacuadas 1.801 personas y que 408 están en albergues, y que desde el ingreso de Eta a Centroamérica el martes pasado se han reportado 443 viviendas con daños en el territorio guatemalteco.
En Panamá las autoridades han recuperado los cuerpos de dos menores que murieron arrastrados por ríos desbordados, pero se teme que el número de fallecidos sea mayor dada la cantidad de desaparecidos, al menos 12, según socorristas en el terreno, en zonas del occidente del país, la más castigada por las lluvias.
Aunque las autoridades han rescatado a personas afectadas en varias regiones, el distrito de Tierras Altas, en la provincia occidental de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, es la más damnificada, con comunidades enteras aisladas por inundaciones o caminos destruidos.
Los cultivos han sido arrasados en Tierras Altas, el mayor productor de hortalizas y legumbres en Panamá, por las lluvias, las más fuentes en 50 años en la región, según los lugareños.
En Costa Rica, una pareja falleció este jueves al ser sepultada por un derrumbe que cayó sobre su vivienda en la localidad Coto Brus, en el sur del país, como consecuencia de las lluvias que afectan el país como efecto indirecto de Eta.
La Comisión Nacional de Emergencias informó que 1.361 personas permanecen en 38 albergues habilitados en comunidades en la costa del Pacífico, y que los comités municipales de emergencia han atendido más de 600 reportes de inundación y 304 deslizamientos o derrumbes sobre carreteras en lo que va de la semana.
El Salvador se encuentra en máxima alerta por las lluvias generadas por Eta, que llevaron a las autoridades a evacuar preventivamente a 1.193 personas, que fueron ubicadas en 24 albergues, mientras que los daños registrados este jueves son leves.