José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, calificó de “normal” el nombramiento de Milena Mayorga como embajadora de El Salvador en Estados Unidos.
Alegó que la Constitución y las leyes secundarias facultan al presidente Nayib Bukele a nombrar a la persona que considere conveniente en el cargo.
También calificó de “normal” que haya unas personas a favor y otras en contra de su nombramiento porque ella es una persona “muy activa en la política”.
“No diré nada a favor o en contra porque no quiero entrar en la discusión porque mi voz sería para dividir más, para crear más dificultad”, expresó en conferencia de prensa en Catedral Metropolitana de San Salvador.
Sugirió, además, “darle la oportunidad” ya que consideró inconveniente descalificarla sin antes permitir que desarrolle el trabajo para el que fue nombrada.
“Démosle la oportunidad y serán los hechos los que determinarán si la persona lo hizo bien o no lo hizo bien. No tiene mucho sentido estar desautorizando o criticándole a una persona”, señaló.
El 24 de septiembre el presidente juramentó a Mayorga como embajadora salvadoreña en Estados Unidos. En ese momento dijo: “ha tenido una carrera política interesante… le servirá al país increíblemente”.
Mayorga renunció a Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) el 4 de junio de este año.
Fue miss El Salvador en 1996. Posteriormente trabajó en programas de la televisión iniciando como modelo y terminando con su propia revista matutina.
El 14 de mayo de 2017 Mayorga presentó su inscripción como precandidata a diputada por San Salvador en el ahora principal partido de oposición.
En las elecciones municipales y legislativas del año 2018 ganó su diputación por San Salvador haciendo campaña con Domingo Monterrosa Barrios como su símbolo para acercarse a una parte de los votantes.
El 8 de julio de 2019 fue citada por el Tribunal de Primera Instancia arenero para informarle del inicio del proceso de expulsión en su contra.
Las faltas por las que comenzó el proceso en su contra fueron: actos estimados violatorios a los estatutos; incumplir el Código de Ética y Reglamentos del partido, cometimiento de conductas indebidas que comprometan los intereses o el prestigio del partido, daños al honor, la intimidad personal y la propia imagen de las autoridades y miembros del partido y desacreditar los procesos internos que desarrolle el partido.
Mayorga había denunciado semanas atrás que había sido marginada de reuniones internas de la fracción legislativa, a su vez denunció que era víctima de violencia política.
Tres meses después dijo en una transmisión en sus cuentas de redes sociales que no iba a renunciar al partido, no obstante, según ella, era víctima de violencia política y estaba siendo bloqueada para impedirle seguir participando en los procesos de elección interna.
Esa vez también admitió que al ser expulsada o renunciar no tendría posibilidades de inscribirse en partidos políticos para competir por la reelección como diputada por San Salvador.