Este martes habrá una audiencia de extinción de dominio en contra de las propiedades de Jorge Ulloa Sibrián, «El Repollo», quien en 2014 fue condenado a 77 años de prisión por delitos de narcotráfico.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), el objetivo de la audiencia es incautar a El Repollo 49 inmuebles, 39 vehículos, $19,409 y otros bienes vinculados a actividades ilícitas.
En febrero de 2019, un Juzgado de Guatemala decidió que nueve inmuebles y ocho vehículos propiedad de El Repollo pasaran a favor del Estado.
Los bienes inmuebles eran un apartamento con tres plazas de aparcamiento ubicado en un exclusivo edificio de la zona 10 de la capital, otra propiedad en la hacienda Vista al Mar, Jutiapa, una en Fraijanes y otra en unos residenciales de Santa Catarina Pinula, y dos inmuebles en el municipio de Jocotenango, en el departamento de Sacatepéquez.
La suma de las propiedades está valorada en un millón de dólares mientras que los vehículos rondaban un precio de unos $260,000.
Ulloa Sibrían fue detenido en Guatemala el 15 de marzo de 2013 y un día después de su captura la judicatura autorizó su extradición a El Salvador.
Un juzgado salvadoreño condenó a Ulloa, vinculado con el cártel mexicano de Sinaola, en noviembre de 2014 por cuatro casos de tráfico internacional de estupefacientes, los cuales se dieron en Nicaragua, Costa Rica, Guatemala y El Salvador desde 1998.
Según la justicia salvadoreña, Ulloa Sibrián era el líder de una organización criminal dedicada a cometer delitos relacionados con el tráfico de drogas, para lo que contaba con diversos miembros que cumplían una función específica para hacer funcional el “aparataje criminal”.
El Triángulo Norte en Centroamérica -formado por El Salvador, Guatemala y Honduras- es una de las zonas más mortíferas del mundo y una de las áreas en las que las pandillas intervienen en el narcotráfico, tráfico y trata de personas, contrabando de cigarrillos y extorsiones trasnacionales.
El 2017, el 90 por ciento de la cocaína que llegó al mercado de Estados Unidos, el mayor consumidor de esta droga en el mundo, pasó por el corredor centroamericano, según el informe anual del Gobierno estadounidense sobre narcotráfico en el mundo.