Documentos oficiales que el periódico El Faro adquirió a través de la Unidad de Acceso a la Información Pública señalan que el banco Wells Fargo catalogó de “transacciones sospechosas” los pagos realizados por el gobierno salvadoreño a la empresa Lasca Design, con sede en Miami, Florida.
En abril pasado, el Ministerio de Salud desembolsó a la compañía Lasca Design $3.5 millones a cambio de 3 millones de mascarillas y mil termómetros.
El problema fue que el gobierno pagó el dinero por adelantado y las mascarillas y los termómetros nunca llegaron a El Salvador. Pasaron uno, dos, tres meses, y el producto nunca llegó a las manos del Ministerio de Salud.
En una carta enviada el 28 de mayo al Ministerio de Salud, Ariel Lasca, CEO de la compañía, explica que el banco Wells Fargo realizó una “observación de transacción sospechosa” en las transferencias realizadas por el gobierno salvadoreño.
“Dicha transferencia la habría considerado de origen ‘dudosa’, por lo que procedió, según protocolo bancario, al bloqueo de todos los fondos disponibles en la cuenta receptora, determinando el cierre de dicha cuenta y demorando la devolución de dichos fondos por el término de 30 días”, dice la carta que obtuvo El Faro.
La entrega del producto estaba programada para el 4 de mayo. Pero no ocurrió, a pesar de que el gobierno había desembolsado los $3.5 millones dos semanas antes.
La empresa estadounidense le informó al gobierno salvadoreño que fueron tres transferencias las que activaron la alerta del banco: una por $495,000 en concepto de pago de 1.5 millones de mascarillas quirúrgicas; otra por $3 millones para el pago de 1.5 millones de mascarillas KN95; y otra por $41,050 a cambio de 1,000 termómetros.
El contrato de compra establecía que las mascarillas y los termómetros entrarían a El Salvador, a través del Aeropuerto Internacional San Óscar Arnulfo Romero, siete días hábiles después de recibidos los desembolsos. Sin embargo, dos meses después no existía ningún acta de recepción en el Ministerio de Salud, es decir, no las había recibido.
Ni el gobierno salvadoreño ni la empresa estadounidense han respondido a las preguntas sobre esa operación millonaria. El ministro de Salud, Francisco Alabí, no ha confirmado haber recibido las mascarillas y Lasca tampoco confirma haberlas enviado. Todo es oscuridad y silencio.
Fue por eso que periodistas de El Faro le consultaron al banco Wells Fargo sobre la observación de transacción sospechosa relatada por Lasca en una carta enviada al Ministerio de Salud. La respuesta del vocero de la sucursal bancaria, Rubén Pulido, fue la siguiente:
“No discutimos información sobre nuestros clientes o sus cuentas debido a la privacidad y confidencialidad del cliente. Wells Fargo monitorea constantemente las cuentas para detectar actividades potencialmente fraudulentas, y cuando se detecta dicha actividad, investigamos la actividad (incluida la comunicación con nuestros clientes y, si es necesario, con otras instituciones financieras) para determinar qué pasos se deben tomar si se sospecha fraude”.
La observación de transacción sospechosa y la congelación de cuentas bancarias a Lasca coincide con el procedimiento empleado por los bancos y las autoridades estadounidenses ante movimientos irregulares en cuentas bancarias.
“Según el Bank Secrecy Act, cuando se detecta una operación sospechosa el banco emite un ROS (Reporte de Operaciones Sospechosas en español o SAR, por sus siglas en inglés) y este es enviado la Financial Crimes Enforcement Network (Fincen), una oficina del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que investiga si la transacción es un caso de lavado de dinero o si hay indicios de otros delitos”, dice El Faro.
El Faro consultó a Ross Delston —un abogado con dos décadas de experiencia y especialista en prevención de Lavado de Dinero — sobre las transacciones irregulares, y este explicó que los reportes de operaciones sospechosas emitidos por los bancos buscan dilucidar el motivo de las transacciones.
“Delston afirma que los bancos estadounidenses han puesto mucha atención a las compras de insumos médicos en la pandemia porque este tipo de operación puede ser la fachada para cometer fraudes”, dice El Faro.
Luego agrega: “El especialista menciona que otra práctica común de fraude es cuando el proveedor miente al asegurar que cuenta con existencias de productos y pide el pago por adelantado”.
“Cuando una compañía hace este tipo de falsa aseveración, y además piden pago por adelantado, ese esquema es conocido como ‘advance fee fraud’ (fraude por honorario anticipado) y ‘stockpile fraud’ (fraude de existencias)”.
El otro ROS: El caso de Francisco Flores
El ROS emitido al gobierno de Nayib Bukele no es el primero que se emite contra el gobierno de El Salvador. A finales del 2013, el entonces presidente Mauricio Funes reveló en su programa “Conversando con el Presidente” la existencia de un Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS) en contra del expresidente Francisco Flores por $15 millones de dólares en el International Bank of Miami, Estados Unidos.
Ese documento llevó al expresidente Flores a los tribunales de justicia por una serie de delitos de corrupción entre los que estaba el de casos especiales de lavado de dinero. Flore murió en pleno proceso judicial.
El ROS contra Flores fue emitido por el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, en octubre del 2003, y fue notificado a la Fiscalía General de la República (FGR) que entonces dirigía el fiscal general, Belisario Artiga.
Sin embargo, el ROS se quedó engavetado durante varios años. Fue hasta el año 2013 que Funes reveló la existencia de ese documento.
¿De dónde salió? En junio de 2013, cuando la Fiscalía investigaba el caso CEL-Enel, pidió un informe al FinCEN y el ROS en contra de Flores apareció de nuevo.
Fue el International Bank of Miami, con sede en Coral Gables, quien reportó la operación sospechasa de presunto lavado de dinero.
El banco hizo un análisis de la operación y decide, finalmente, reportarla como sospechosa por tres razones.
La primera porque había una contradicción en la justificación de la transacción, ya que se manifestó que el dinero era para financiar la campaña política del beneficiario de los cheques, es decir, el presidente Francisco Flores. Pero eso no era posible, pues en El Salvador no existe la reelección.
Los cheques estaban a nombre del “Excmo. Sr. Francisco Guillermo Flores Pérez, Presidencia de la República de El Salvador”, y habían sido girados desde una cuenta en The International Bank of China, con sede en Nueva York, Estados Unidos.
Esa cuenta está a nombre de la Embassy of The Republic of China San Salvador. Cuando el expresidente Flores recibió esos cheques le faltaban siete meses y una semana para dejar el gobierno.
Un informe que elaboró la Fiscalía General en octubre del 2013 consigna tres versiones de por qué el International Bank of Miami reportó la operación financiera de Flores al FinCEN.
Primero porque se intentó justificar la operación argumentando que se trataba de una “donación” de Taiwán para la campaña presidencial.
Segundo porque se dijo que eran fondos para un proyecto de reparto de tierras para pobres en El Salvador. Y tercero porque la ruta del dinero incluía un banco de Bahamas, país etiquetado como un paraíso fiscal.
Meses después de que Mauricio Funes revelara la existencia del ROS, Francisco Flores fue acusado y procesado por varios delitos de corrupción.
El expresidente Flores falleció un mes después (en enero de 2016) que el Juez Séptimo de Instrucción de San Salvador le agregara el delito de casos especiales de lavado de dinero y lo enviara a juicio.