Weder Meléndez habría sido el operador de una estructura delincuencial dedicada a la venta de drogas y lavado de dinero, la cual a su vez sería dirigida por Rolando Castro, quien habría intentado desviar la atención de los móviles del crimen para no ponerse en evidencia. Minutos después que el sindicalista de la Asociación de Trabajadores Municipales (ASTRAM), Weder Meléndez, fuera asesinado a balazos en la colonia Guatemala, en San Salvador, el ministro de Trabajo, Rolando Castro, acusó en redes sociales al alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, de estar detrás del crimen. Pero según una fuente que habló con Diario 1, el asesinato estaría vinculado a conflictos por narcotráfico.
“Acaban de asesinar a Weder Melendez, alto dirigente de ASTRAM, quién ha estado en una lucha frontal contra el corrupto Alcalde Ernesto Muyshondt”, escribió Castro en Twitter.
Luego agregó: “Maldito negociador con pandillas Ernesto Muyshondt, yo estoy exigiendo llevarte a los tribunales, NO la gente humilde, a mi enfréntame, asesinos malditos, llegaré hasta las últimas consecuencias y el peso de la ley te caerá”.
De acuerdo con la Policía Nacional Civil (PNC), Weder Meléndez, asesinado el pasado 7 de agosto, fue atacado por dos hombres, cubiertos con pasamontañas, que se conducían en una motocicleta. Los sujetos se le acercaron y le dispararon a quemarropa.
El sindicalista murió en el lugar de los hechos, mientras que un menor de edad que se encontraba con él fue lesionado de bala y trasladado a un centro hospitalario.
Tras las acusaciones del ministro Castro, sus agitadores comenzaron a acusar directamente, sin pruebas, al alcalde Muyshondt del asesinato.
Incluso, el mismo Castro señaló que Weder Meléndez solo tenía problemas con el edil de San Salvador. “Nunca, Nunca tuvo problemas con nadie, con NADIE, su único pecado fue denunciar el robo de las cuotas de los trabajadores municipales por el actual Alcalde, fue denunciar lo corruptos que son armando empresas y subiendo los precios, denunció el actual saqueo de la alcaldía y ha sido vil y cobardemente asesinado”, escribió en otros mensajes de Twitter.
¿Qué hay detrás de las acusaciones del ministro Rolando Castro y sus agitadores contra el alcalde de San Salvador?
Una fuente cercana al caso habló con Diario 1 bajo la condición de anonimato. Lo primero que dijo fue que Rolando Castro está queriendo “desviar la atención” porque está nervioso y preocupado.
Sus preocupaciones se intensificaron desde que el alcalde Ernesto Muyshondt mostró en redes sociales cajas repletas de documentos que probarían “una enorme cantidad de abusos” que el ministro de Trabajo realizó mientras trabajaba en la alcaldía de San Salvador.
Muchos de esos abusos, según Muyshondt, tienen que ver con “horas extras no devengadas, plazas fantasmas, uso de recursos municipales para el sindicato ASTRAM o para beneficio personal del señor Rolando Castro”.
¿Quién era Weder Meléndez?
Rolando Castro dijo en redes sociales que Weder Meléndez fue dirigente de ASTRAM durante 15 años y también líder del Movimiento Social Comunitario.
Sin embargo, la fuente que habló con Diario 1 aseguró que conoció al sindicalista asesinado y que, además de ser agitador al servicio de Rolando Castro, estaba vinculado a la MS-13 y al tráfico de droga.
La fuente detalló que Weder era el responsable de la distribución de cocaína, piedra y marihuana en distintos sectores de San Salvador. Su ruta comenzaba en la zona sur de San Salvador y llegaba hasta el Distrito 5, es decir, en San Jacinto y la colonia Guatemala, donde fue asesinado.
También, según dijo la fuente, operaba en todo el Centro Histórico. Además, en la 5 de noviembre y la Garita, en la frontera con Ciudad Delgado.
La misma fuente dijo que Weder tenía alianzas con algunas clicas de la Mara Salvatrucha que operan en San Salvador y que su muerte estaría relacionada a un ajusticiamiento por parte de sicarios de la misma pandilla. El motivo: quedarse con dinero del negocio. Así lo detalló la fuente a Diario 1.
Weder Meléndez, de 40 años, era uno de los agitadores de Rolando Castro, lo apoyaba desde los tiempos en que el ministro de Trabajo laboraba en la alcaldía de San Salvador como jefe de Parques y Jardines.
En ese tiempo, Rolando Castro fue señalado por dirigir una red de plazas fantasmas y manejar un grupo de choque compuesto por furiosos agitadores. También por favorecer con negocios al prófugo de la justicia, Enrique Rais.
Además, Rolando Castro fue señalado por vínculos con pandillas y con líderes de vendedores informales acusados por el delito de extorsión.
Weder Meléndez era uno de los agitadores más prominentes dentro del grupo de choque que todavía maneja Rolando Castro, quien recientemente fue señalado por incrementar el número de plazas en el Ministerio de Trabajo. Contrató a parientes y amigos. No solo eso: las 137 plazas nuevas le cuestan al Estado 1.8 millones de dólares al año.
El hombre de las plazas fantasmas
En abril de 2018, Fundación Transparencia envió al entonces alcalde de San Salvador NayibBukele y a su Concejo Municipal documentos que probarían la existencia de una amplia y profunda red de corrupción en la comuna capitalina.
Los documentos eran una serie de listas de presuntas plazas fantasmas en el interior de la alcaldía y que estarían siendo pagadas con dinero público, es decir, con los impuestos que la municipalidad le cobra a los capitalinos.
El cabecilla de esa red de corrupción era, según los documentos, el entonces coordinador de Parques, Plazas y Zonas Verdes de la alcaldía de San Salvador, Rolando Castro.
Entre los documentos que Fundación Transparencia envió a la alcaldía había uno titulado “Nómina de personal que cobra salarios y horas extras sin trabajar en la alcaldía de San Salvador”. Abajo aparecían centenares de personas que estaban siendo pagadas por servicios que no realizaban. Había salarios desde 300 hasta más de 1,000 dólares.
¿Para qué sirven estas plazas fantasmas? Según explicó un analista político, muchas de estas personas eran mercenarios que estaban dispuestos a todo a cambio de un salario que era pagado con dinero del pueblo y que ellos no justificaban. Por ejemplo, una persona podía aparecer en alguna planilla como barrendero. Recibía un salario, pero no cumplía su función. Solo cobraba el día de pago. Su manera de retribuir ese favor era haciendo lo que los corruptores le pidieran.
Las listas de plazas fantasmas que llegaron a la Fundación Transparencia, y que fue remitida a la alcaldía de San Salvador en abril del 2018, estaban encabezadas por Rolando Castro, un personaje señalado de manejar personal a su antojo y que, incluso, movía a decenas de personas para que obstaculicen calles y generar desórdenes públicos.
De hecho, una de las denuncias que llegó a Fundación Transparencia es que Rolando Castro tenía a su servicio entre cuatro y seis guardaespaldas que estarían siendo pagados por la alcaldía de San Salvador. Las interrogantes que surgieron eran las siguientes: ¿Cómo un coordinador de áreas verdes de una alcaldía (cargo de segundo nivel) tiene a su disposición hasta seis guardaespaldas?
En los documentos que la Fundación le envió al alcalde y a su consejo había otro titulado “Listado de Personal con Jugosos Sueldos Haciendo Labor Política y de Represión”. El listado lo encabezaba Rolando Castro. Según los sellos y firmas, esa lista existía desde la administración de Norman Quijano, pero fue rubricada por NayibBukele en 2015, es decir, el año que tomó posesión del cargo.
Rolando Castro y sus vínculos con la MS-13
El ministro de Trabajo también ha sido vinculado a la Mara Salvatrucha (MS-13). Una muestra de los enlaces entre Rolando Castro y la pandilla MS-13 es el operativo que la Fiscalía General de la República (FGR) y la PNC dirigieron en San Salvador a inicios del pasado mes de abril, en el cual capturaron a 22 cabecillas de la MS y a Vicente Ramírez, uno de los principales dirigente de vendedores informales del centro de San Salvador.
Ramírez aparece en un organigrama elaborado por la PNC en el cual se detalla el funcionamiento de una estructura de crimen organizado encabezada por Rolando Castro.
Según la PNC en abril de 2019, esa estructura era investigada por diversos delitos como robo de fondos públicos, falsedad material e instigación de desórdenes públicos.
Las fuentes policiales, que pidieron el anonimato como condición para hablar con este medio, aseguraron que algunos de los colaboradores de Rolando Castro tienen vínculos directos o son miembros de clicas de la pandilla MS-13, una de las más grandes y temibles pandillas que operan en el país.
Por ejemplo, Vicente Ramírez, quien fue capturado junto a cabecillas de la MS-13,era uno de los hombres de confianza de Rolando Castro.
Ramírez no solo sería un hombre de confianza de Castro, sino también uno de los principales organizadores de movilizaciones de vendedores para generar desórdenes y protestas.
La información policial detalla que Vicente Ramírez integra el comando de choque al servicio de Rolando Castro.
La PNC realizó el 8 de abril de 2019 un operativo contra pandilleros que operan en mercados capitalinos, los cuales están acusados de cometer al menos 16 homicidios y por más de 160 casos de extorsión.
El dirigente de los vendedores fue capturado en su vivienda ubicada en el municipio de San Marcos, departamento de San Salvador.
Otros nexos con pandillas
En octubre de 2018, salió a la luz pública el caso de Marisol Umanzor, quien dirigía una organización de choque al servicio de Rolando Castro y quien solía aparecer en diversas actividades junto al empleado municipal. Además, era uno de los vasos comunicantes entre Castro y la pandilla MS-13.
Fuentes policiales aseguraron que Umanzor integra la clica Harrison Locos que opera principalmente en el centro de San Salvador y que, según las investigaciones, está ligada a delitos como extorsión, secuestro y limitación a la libre circulación.
Umanzor fue arrestada el 3 de octubre de 2018 y guarda prisión por los delitos de amenazas con agravación especial, hurto agravado y limitación ilegal a la libre circulación.
Su arresto se dio en las inmediaciones del Barrio San Jacinto de esta capital, en un operativo policial que culminó con la detención de al menos otros 15 presuntos pandilleros.
Según el requerimiento presentado por la Fiscalía General de la República (FGR), Umanzor fue capturada en agosto de 2016 en la comunidad Roque Amaya de San Jacinto, cuando ella, junto a su hijo ya fallecido, llegaron a la vivienda de una de las víctimas y la amenazó de muerte porque no querían colaborar con la pandilla.
Posteriormente, otros miembros de la estructura de Umanzor procedieron a desalojar a la víctima y a su familia, privándola además de las pertenencias que tenía en la casa.
La implicada y otras ocho personas, también vinculadas a la MS, fueron enviadas a prisión por el juzgado Sexto de Paz de San Salvador.
Investigaciones policiales afirman que Umanzor cobraba un salario como barrendera en el Distrito 5 de San Salvador, pero que su plaza era fantasma, es decir, cobraba por no trabajar.
Dentro de la organización de fachada que dirige Castro, la mujer, junto a la clica de la MS-13 de la que formaba parte, ayudaba a aglutinar personas, entre ellas supuestos vendedores ambulantes, para orquestar y ejecutar manifestaciones y otros actos de desestabilización que obstaculizan la libre circulación de los ciudadanos.