Si la cuarentena domiciliaria para evitar la propagación del coronavirus se extendiera entre tres a cuatro semanas más micros, pequeñas y medianas empresas, para sobrevivir a la crisis económica, deberán decidir entre suspender operaciones temporalmente, despedir a sus empleados o cerrar sus operaciones definitivamente.
Esas son algunas de las opciones que respondieron, entre el 1 y el 5 de abril, unos 1 mil 9 de 2 mil 500 de sus socios que encuestó la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CAMARASAL) en medio de la pandemia de coronavirus que está afectando a los países más poderosos tanto de Europa Central como de América.
A la pregunta: ¿si la cuarentena se extiende entre tres a cuatro semanas qué medidas puede tomar?
El 23 por ciento de los encuestados respondió reducir operaciones; el 23 por ciento, suspender operaciones; el 21 por ciento, reducir personal; el 11 por ciento, diversificar servicios; el 9 por ciento, cerrar sucursales; el ocho por ciento, continuar operaciones hasta cerrar; el cinco por ciento, cerrar definitivamente.
“Recalcamos la necesidad de un verdadero plan anticrisis, de lo contrario vamos a tener cierres masivos de empresas”, advirtió Federico Hernández, presidente de la Cámara de Comercio en la conferencia de prensa de presentación de los resultados de la encuesta.
Si en caso la situación continuara igual, con la cuarentena domiciliaria y las restricciones de movilidad y otros derechos constitucionales contenidos en el Estado de excepción, el 60 por ciento de los encuestados aseguró que lo primero que hará es pagar las facturas de su empresa, es decir, a sus proveedores sacrificando los salarios de los empleados.
“Es lo primero que se verá sometido al perder liquidez”, señaló Hernández.
El 16 por ciento considera dejar de pagar impuestos. El problema de esta alternativa, según Hernández, es que los ingresos del Estado “pueden verse seriamente comprometidos”.
Los sectores que más participaron en la encuesta son servicios, comercio e industria.
Servicios y comercios son los más afectados con la crisis sanitaria: hoteles, restaurantes, agencias de viaje, entre otros rubros.
Desde que el 21 de marzo el presidente Nayib Bukele anunció que el Gobierno había decidido implementar una cuarentena domiciliaria, las empresas encuestas reportaron un descenso en sus ingresos por ventas de un 80 por ciento. Más recientemente reportaron una reducción del cien por ciento en los ingresos por ventas.
“Ha sido realmente dramático”, describió Hernández.
En el informe el impacto del COVID-19 en las economías de la región, que publicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se recomienda algunas medidas para ayudar a este sector, entre esas: que el Banco Central de Reserva (BCR) inyecte liquidez a las MIPYMES, moratoria fiscal o en sus cuotas de protección social, por ejemplo, debieran tener un componente focalizado para este tipo de empresas.
También apoyo específico al sector turístico y hostelería a través de líneas especiales de crédito, diferimientos tributarios y cotizaciones sociales específicas a hoteles, restaurantes y otras empresas del sector.