Los médicos salvadoreños que no tienen homologado su título en España son parte de la comunidad de expertos en salud que, pese a tener conocimiento, no pueden ayudar a atender pacientes con coronavirus (COVID-19) en plena pandemia.
El diario El País cita los casos de algunos compatriotas que se graduaron de distintas áreas de medicina en suelo salvadoreño, pero que por distintas circunstancias viajaron a España aunque no han podido homologar su título.
Esto los imposibilita de ayudar a salvar vidas en una de las naciones más afectadas por la pandemia, donde ya se registran 172 mil 541 contagios y 18 mil 56 muertes, según el último conteo de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
Yasmine Chacón es una radióloga nacional radicada en España. Su pareja es el también profesional Juan José Hernández, pero ninguno de los dos puede ejercer en la nación ibérica ya que sus títulos no están homologados.
A pesar de ser legales en España y de vivir ahí desde hace dos años, huyendo de la delincuencia en El Salvador, Yasmine y Juan José solo pueden observar desde el balcón los embates de la crisis sanitaria, como lo hacen cientos de miles de personas en confinamiento obligatorio.
Yasmine es profesional en el área de radiología, pero se dedica a limpiar casas, mientras que su pareja, también graduado en esa especialidad, sigue como uno de los miles de españoles y extranjeros que están en paro. No encuentra trabajo.
“Es difícil ver que tenemos los medios para ejercer y no poder hacerlo. Es duro darte cuenta de que allá (en El Salvador) éramos alguien, pero al llegar aquí no vales nada porque solo eres ‘la que limpia casas”, dijo a El País Yasmine.
Mientras el sistema hospitalario español hace malabares para enfrentar una crisis que tiene paralizado el país y al borde del colapso a médicos y enfermeros, Chacón y Hernández son parte de un extenso sector profesional extranjero que podría ayudar, pero no está habilitado.
Así como ellos, médicos venezolanos, uruguayos y personas de otras nacionalidades que hallaron en España su segundo hogar están inhabilitados para compartir sus conocimientos y hacer valer el juramento que tomaron como profesionales de la salud.
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