Antes de iniciar la cuarentena domiciliaria que el Gobierno de Nayib Bukele ordenó para evitar la propagación del coronavirus, muchos empresarios salvadoreños habían firmado contratos para exportar productos textiles a Estados Unidos. Con las medidas de confinamiento, sin embargo, el cumplimiento de esos contratos quedó irremediablemente suspendido y existe el riesgo que sean adjudicados a otros países cuya industria, actualmente, no está completamente paralizada.
Eso advirtió Patricia Figueroa, directora ejecutiva de la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas de El Salvador (CAMTEX), en una entrevista televisiva en la que además dio a conocer que los principales competidores de los empresarios salvadoreños en este rubro están en Guatemala, Honduras y Birmania.
“Las que estaban terminadas (exportaciones) se pudieron completar, no así otras”, comentó. “Hubo una cierta incertidumbre de cómo trabajar y las empresas que optaron por no hacerlo perdieron contratos y eso es parte del impacto”, agregó.
Dijo, asimismo, que los empresarios salvadoreños mandarán un “mensaje positivo” a los empresarios estadounidenses para evitar que trasladen la demanda de productos textiles a los productores asiáticos o a los vecinos centroamericanos.
“Debemos estar preparados para poder recapturar esa oportunidad y mantener el empleo”, expresó. “Conocemos empresas que varias de sus órdenes se han ido para otros países de la región”, añadió.
Dijo considerar como una buena señal que el 16 de mayo sea la fecha límite para el mantenimiento de la cuarentena domiciliaria porque, según ella, extenderla más allá provocará pérdidas de hasta 300 millones de dólares en las exportaciones y unos 25 mil despidos en la industria textil.
“Estamos en el momento en que hubo pérdidas pero hay esperanza de salir adelante”, afirmó.
Recordó, además, que la industria textil exporta el 45 por ciento del total de productos que el país exporta al mundo y tiene unos 80 mil trabajadores.
“El impacto en la industria será enorme”, comentó.
La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) ha calculado que el 30 por ciento del total de las más de 360 mil empresas existentes en El Salvador están en riesgo de cerrar como consecuencia de las restricciones de las actividades económicas vigentes para cortar la propagación del coronavirus.
Además en los primeros 15 días de la vigencia de la cuarentena domiciliar fueron despedidos unos 70 mil trabajadores que representan aproximadamente el 10 por ciento del empleo formal registrado en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
El 28 de abril la Universidad Francisco Gavidia (UFG) dio a conocer que la crisis económica consecuencia del COVID-19 provocará una caída de hasta cinco puntos del Producto Interno Bruto (PIB) y el desempleo será mucho mayor comparado con el que se registró durante la crisis inmobiliaria que inició en el año 2008 con los grandes bancos de inversión del mundo occidental.