La Fiscalía General de la República (FGR) comenzó a investigar la muerte de Óscar Méndez, el ciudadano que regresó de Panamá el 13 de febrero y murió el miércoles 1 de abril al mediodía en el en el hotel Beverly Hills, en Antiguo Cuscatlán, donde estaba en cuarentena.
“Desde ayer se ha iniciado investigación en relación al caso del fallecido en hotel situado en Antiguo Cuscatlán. Para no revictimizar a la familia doliente, no se brindarán más detalles del caso por el momento”, publicó la Fiscalía en su cuenta de Twitter.
Este día en la mañana el Sindicato de Trabajadores del Órgano Judicial (SITTOJ) cerró la entrada del Instituto de Medicina Legal (IML) para supuestamente impedir el traslado del cadáver del fallecido en el albergue.
Los sindicalistas se opusieron porque creen que Méndez murió como consecuencia del COVID-19, por lo que temen que los forenses sean expuestos si realizan la autopsia.
Después de eso el cuerpo fue trasladado a las instalaciones de la funeraria Capillas Memoriales en Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, para permitir que peritos hagan un reconocimiento y posteriormente decidir si es necesaria la autopsia.
Ayer Dina de Méndez, esposa del fallecido, dijo en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), que Méndez fue retenido en el aeropuerto Óscar Arnulfo Romero y llevado al albergue de la Villa Olímpica, en San Salvador, para estar en cuarentena junto a docenas de personas que provenían de distintos destinos.
En diciembre del año pasado Méndez se practicó exámenes médicos cuyos resultados, según la mujer, fueron buenos: ni presión alta ni ningún asomo de enfermedad.
Mientras estaba enfermo en el hotel únicamente le permitieron llevar Trimetropin o Loratadina para tratarse los padecimientos que en ese momento presentaba. Nunca le permitieron entrar algo más.
El día del fallecimiento le llamó toda la mañana pero no atendió el teléfono. Cerca de las tres de la tarde fue al hotel a preguntar y la recibieron en la entrada cuatro policías que tomaron sus datos y no dijeron nada en particular. Transcurrió una hora y no le dieron respuesta. Entonces volvió a acercarse y a amenazar con “llamar a los medios de comunicación” para que vieran como la estaban tratando.
Un par de minutos después llegó una médico que le dio la noticia de la muerte. Sin embargo, no le dieron los pormenores del caso de su esposo. A las diez de la noche en una ambulancia el cadáver fue trasladado al hospital Juan José Saldaña, en Los Planes de Renderos, San Salvador.
Hasta este día le entregaron las pertenencias del fallecido. En el teléfono celular encontró un audio que él mandó a un militar encargado de la seguridad del hotel.
Dijo, además, que uno de los médicos del hotel le contó que lo había encontrado tirado en el suelo a la 1 de la tarde.