A Daniel Alexis Hernández, de 25 años, y Carlos Enrique Torres, de 39, los unió un mismo fin el pasado lunes: El hambre y la desesperanza. Ambos hombres son señalados de realizar desórdenes en un Centro Nacional de Atención y Administración de Subsidios (Cenade), situado en la avenida Roosevelt de San Salvador.
Pero su descontento no era más que el que junto a ellos vivieron cientos de salvadoreños que ese día acudieron a los CENADE, con la esperanza de convertirse en acreedores de ese dinero que fue prometido a todas las familias que han resultado afectadas por la pandemia del coronavirus (COVID-19).
Un dinero que les ayudaría a mitigar sus necesidades básicas por un par de días de la cuarentena ordenada por el Ejecutivo.
De acuerdo con la Fiscalía, los procesados son acusados de los delitos de desórdenes públicos, apología del delito y desobediencia de particulares. El Ministerio Público pidió cárcel para ambos.
Tanto Hernández que se desempeña como mecánico y Torres como comerciante de ropa fueron detenidos supuestamente tras amenazar con que iban a saquear supermercados si no les entregaban los fondos ofrecidos.
Este jueves el Juzgado Tercero de Instrucción decidió decretar instrucción formal con medidas alternas a la detención. Ambos acusados deberán presentarse cada 15 días al juzgado, no cambiarse de domicilio abstenerse de participar en desórdenes mientras continúa el proceso judicial en su contra.
En su defensa el mecánico dijo que debido a la cuarentena se encuentra sin trabajo y tiene que mantener a su familia, mientras que el comerciante ropa dijo que debido a las medidas decretadas por Bukele tuvo que cerrar su negocio, aunque coinciden que su necesidad los orilló a cometer un error y terminar detenidos.