Fue el 17 de enero de 2019 al filo de las seis de la tarde. El adolescente, de trece años de edad, estaba en su casa cuando escuchó que lo llamaban para pedirle que ayudara a lavar un autobús. Aceptó hacerlo porque la voz era la de un conocido suyo, de alguien a quien creía persona de fiar.
Subió a la motocicleta en la que se fue con el busero. Llegaron al predio y se estacionaron frente al autobús que había terminado la jornada de trabajo. El hombre le pidió que subiera a traer la escoba que estaba al final del pasillo de la unidad de transporte colectivo.
Estaba parado de espaldas cuando Walter Antonio Velásquez Sorto lo sujetó por atrás, le tapó la boca, lo tiró al suelo y lo violó. Después lo amenazó diciendo que si decía algo iba a matar a sus padres.
De acuerdo con un boletín de la Fiscalía General de la República (FGR), en el juicio los fiscales asignados al caso presentaron las siguientes pruebas: acta de denuncia que presentó el papá del menor de edad, certificación de la partida de nacimiento, acta de detención en flagrancia de Velásquez Sorto, reconocimiento de órganos genitales del adolescente y su evaluación psicológica, resultados de una prueba de biología forense y los testimonios de los afectados.
El Juzgado Segundo de Sentencia de San Miguel condenó al busero a 16 años de cárcel y a pagar 1 mil dólares en concepto de responsabilidad civil.
El delito por el que fue condenado es violación en menor o incapaz.