Laboratorios farmacéuticos de El Salvador podrían fabricar cloroquina, un medicamento que está sirviendo de ensayo para tratar a pacientes con coronavirus en Estados Unidos y Europa.
Diario 1 habló a laboratorios del país y algunos de ellos aseguraron que ante la emergencia del coronavirus podrían fabricar medicamentos, como la cloroquina, que están utilizando en otros países del mundo.
El pasado lunes, la Asamblea Legislativa aprobó el Decreto 606, el cual autoriza al gobierno comprar medicamentos de manera directa a raíz de la emergencia causada en todo el mundo por el COVID-19. Entre estos medicamentos está la cloroquina, un fármaco usado durante décadas para combatir la malaria.
Actualmente, El Salvador registra nueve casos de coronavirus. Además, cientos de personas se encuentran en distintos albergues habilitados en el país.
La industria farmacéutica en El Salvador es fuerte y en los últimos años ha tenido un crecimiento sostenido.
De acuerdo con la Dirección Nacional de Medicamentos, El Salvador cuenta con 40 laboratorios farmacéuticos certificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales.
Según el Sexto Informe Sectorial 2019 de la Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (Inquifar), en 2018 las ventas en el rubro farmacéutico fueron de $275 millones.
De ese monto, $142.2 millones corresponden a las exportaciones y el resto está distribuido en las ventas locales a farmacias, mercado privado y mercado institucional (Ministerio de Salud e Instituto Salvadoreño del Seguro Social).
Las exportaciones del sector tienen como destino más de 17 países en el mundo. Sin embargo, sus mayores ventas las realiza en Guatemala con $35.5 millones (25 %), Honduras con $33.65 millones (23.7 %), Nicaragua con ventas de $23.95 millones (16.8 %).
Los ensayos con Cloroquina
Venezuela y Argelia se sumaron el pasado martes al uso de la cloroquina para tratar a los enfermos de coronavirus. Pero antes de ellos, China, Francia y Estados Unidos ya habían realizado pruebas con resultados positivos.
Según un estudio de un grupo de científicos chinos, publicado en febrero en la revista Nature, la cloroquina habría dado muestras de “inhibir eficazmente” el coronavirus.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó acelerar los ensayos clínicos en su país para usar la cloroquina en pacientes de coronavirus.
Trump aseguró que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés) había “aprobado” el uso de la cloroquina en pacientes de coronavirus en todo el país.
Sin embargo, el jefe de la FDA, Stephen Hahn, indicó que de momento la cloroquina solo se ha aplicado a pacientes d en el contexto de un ensayo clínico.
La cloroquina también ha despertado mucho interés en las autoridades francesas como uno de los potenciales tratamientos contra el coronavirus. Eso luego de haber obtenido resultados prometedores en la ciudad de Marsella.
El especialista en enfermedades infecciosas, Didier Raoult, lo ha probado en veinticuatro pacientes y en el 75 % de los casos la carga viral fue negativa al cabo de seis días. El pasado domingo señaló en el diario local “La Provence” que en el 25 % restante no se detectó una agravamiento de la situación.
“Si tenemos la posibilidad de descubrir en Francia o en el extranjero un tratamiento que permita curar a los enfermos y salvar vidas, mi movilización ha sido total desde el primer día para facilitar los ensayos clínicos y preparar a la industria farmacéutica”, dijo también hoy el ministro francés de Sanidad, Olivier Veran.
Argelia también anunció que comenzará a utilizar la cloroquina para intentar frenar la pandemia de coronavirus. La información fue confirmada por el ministro de Sanidad, Abderrahmane Benbouzid.
En unas declaraciones difundidas por la prensa, quien explicó que la Comisión científica decidió poner en marcha un nuevo protocolo de tratamiento, basado en un medicamento que se produce localmente e importado, “basándose en la experiencia de otros países”.
“Ha dado resultados prometedores contra el coronavirus COVID-19 incrementando la capacidad inmune del individuo. Se fabrica localmente y en cantidad suficiente para tratar a los pacientes según el protocolo establecido por los expertos. Los estudios comenzaron en China en febrero de 2020 y continúan en Europa”, añadió.