El salvadoreño Jesús Torres, su esposa e hijos llevan más de dos décadas en Milán. Esta región lombarda está afectada por el coronavirus y la crisis sanitaria ya causa sus efectos en la población, incluida la comunidad salvadoreña, que tiene a 40 mil compatriotas en esa nación.
Torres vive en Limbiate, en la provincia de Monza y Briana, vecina a Milán y trabaja en el centro de la ciudad milanesa. Ahí, afirma, los precios de mascarillas y alcohol para manos se fueron por los aires.
“Es difícil encontrar esos productos, están exagerando con los precios. Las cosas que más faltan en los supermercados son esas, más que la comida quizá”, dijo Torres a Diario1.
Asimismo, expresa que “hay personas que lo han tomado (el coronavirus) como una psicosis, demasiado exagerado, pero lo importante es tener mucha precaución”.
Torres está asentado en la región lombarda junto a su esposa y sus hijos, que practican ciclismo, y comenta que hay restricciones y una especie de toque de queda en espacios públicos como restaurantes y establecimientos similares.
“El domingo recibimos la noticia que iban a parar todas las escuelas públicas y privadas, universidades, gimnasios, locales de culto como iglesias y los bares y restaurantes tienen un límite, hasta las 6:00 de la tarde pueden estar abiertos”, expresa.
PREVENIDOS
De momento, dice que las únicas recomendaciones que han recibido son de lavarse las manos continuamente, usar mascarillas ocasionalmente y no frecuentar lugares con muchas personas. Todo ello por instrucciones de las autoridades.
En Milán hay 40 mil salvadoreños. Algunos son conocidos de Jesús Torres, quien acude a una iglesia evangélica y ahí se reúne con compatriotas.
Aparte de ese espacio de reflexión, Jesús, su familia y el resto de connacionales en Milán les toca esperar a que la situación mejore, aunque de momento las noticias sean alarmantes.
Italia registraba hasta el jueves 650 contagios y 14 fallecidos, además se confirmó en las últimas horas que el presidente de la Lombardía se sometió a cuarentena voluntaria debido a que su colaboradora más cercana dio positivo al virus.
“Uno debe de tener fe y esperar en Dios. Esperemos que las cosas mejoren”, expresa Jesús Torres, desde una de las comunidades con más salvadoreños en el mundo.