Más de 550 migrantes centroamericanos -hondureños y salvadoreños- han sido deportados desde Estados Unidos a Guatemala, en cumplimiento del Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA) o «tercer país seguro», aseguró este miércoles una fuente oficial.
Desde que el pasado 21 de noviembre llegara el primer migrante hondureño retornado como parte del acuerdo migratorio con EE.UU., han arribado a Guatemala un total de 558 migrantes de los países vecinos Honduras y El Salvador, indicó a Efe la portavoz del Instituto Guatemalteco de Migración, Alejandra Mena.
De todos los retornados, solo 14 han presentado «solicitudes formales de refugio» y «el resto ha decidido retornar de forma voluntaria a su país», describió Mena.
A diferencia de los migrantes guatemaltecos deportados, que salen por una puerta de hierro tras pasar por un estrecho pasillo de la Fuerza Aérea Guatemalteca a la Avenida Hincapié, al sur de la capital, los demás migrantes centroamericanos retornados son atendidos de manera preliminar por migración y, luego, enviados a otras entidades para continuar su proceso y así decidir si retornarán a su país o pedirán asilo.
Sobre la banqueta enfrente de la Fuerza Aérea, Israel, un guatemalteco de 55 años, que llegó este miércoles enviado por EE.UU. esperaba que uno de sus hijos llegara por él.
Solo cargaba un morral anaranjado que le habían entregado con sus pertenencias en EE.UU. y la tristeza de haber dejado 17 años de vida como constructor en el Estado de Virginia, al sureste estadounidense.
Hace unos cinco meses que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) le pidieron sus documentos cuando caminaba un día cualquiera en la calle. Pasó dos meses preso en las llamadas ‘hieleras’ y otros tres en el condado a la espera de ser deportado a Guatemala.
De vuelta en su país de origen ha engrosado la lista de casi 5.000 guatemaltecos trasladados por la vía aérea desde EE.UU. en lo que va del año. En 2019 fueron alrededor de 54.000.
Solo este miércoles, en los dos primeros vuelos del día, llegaron 109 guatemaltecos procedentes de Alexandria, Louisiana, y 132, de Brounsville, Texas, indicó la portavoz del Instituto de Migración.
Los centroamericanos retornados bajo el acuerdo de «tercer país seguro», descienden del avión procedente de EE.UU., se dirigen al Instituto Guatemalteco de Migración para identificar si tienen temores (si es que no lo han hecho ya en EE.UU.) y deciden alguna de las tres opciones que les brindan las autoridades: asilo, protección o retorno asistido a su país de origen. Los hondureños y salvadoreños no llegan a la calle a diferencia de los guatemaltecos.
Para el retorno asistido, tanto la Organización Internacional para las Migraciones y la agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de la ONU apoyan a los migrantes retornados en el plan de cooperación.
Luego, son llevados a la oenegé Refugio de la Niñez, que les brinda alimentos, atención médica y psicológica y asistencia legal; y finalmente, son trasladados a otra entidad no gubernamental: la Casa del Migrante, dirigida por padres scalabrinianos, donde reciben alojamiento y otras atenciones.
El término «tercer país seguro», como lo define la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), es un concepto que se usa para «transferir las responsabilidades del examen de una solicitud de asilo de un país de acogida, a otro que es considerado seguro» para recibirlos mientras se tramita el proceso.
Estados Unidos contabilizó la detención de alrededor de 240.000 guatemaltecos en sus fronteras en el último año cuando intentaban ingresar al país norteamericano de manera ilegal.