Comenzó en el año 2013. Las víctimas y su madre comenzaron a llegar a la casa de su victimario para trabajar en labores domésticas. Viajaban desde Chalatenango hasta Colón, en La Libertad, porque tenían necesidad de hacerlo debido a las condiciones de pobreza y precariedad en las que vivían.
Mientras la madre de las víctimas trabajaba, Amílcar García le pedía a la mayor de las hermanas, de diez años de edad en ese entonces, que le hiciera masaje de pies. Aprovechaba ese momento para manosearla.
Lo mismo hacía con la menor de las niñas, en ese entonces de seis años de edad.
El sujeto, además, tenía una relación sentimental con la madre de las víctimas, según un boletín que divulgó la oficina de prensa de la Fiscalía General de la República (FGR).
“Amparado en la necesidad económica que tenía la familia y a la relación sentimental que mantenía con la madre, abusó sexualmente de ellas”, dice un párrafo del boletín.
La mayor de las hermanas sufrió violación; la menor, otras agresiones sexuales.
Después que las víctimas lo denunciaron, la Fiscalía investigó concluyendo que los relatos de las víctimas eran creíbles.
Esta semana el caso terminó en primera instancia: el Juzgado Primero de Sentencia de Santa Tecla lo condenó a 20 años de cárcel por la violación más 12 años de cárcel por las agresiones sumando 32 años.