Una mujer embarazada sufrió quemaduras después que un mortero explotó en su abdomen, dio a conocer Ana Orellana Bendek, ministra de Salud.
Hasta el momento únicamente se conoce que ocurrió en la zona Paracentral de El Salvador. La mujer iba caminando rumbo a su casa cuando se encontró en medio de una guerra de silbadores. Esa es lo que la ministra dio a conocer.
“Las lesiones fueron superficiales pero el estrés puede complicar su embarazo. No tenemos esa consciencia que debemos ser respetuosos con los vecinos”, dijo la ministra en una entrevista televisiva.
En otro caso a un adolescente de quince años de edad le explotó un mortero número diez en Chalatenango. Bendek calificó casos como este de preocupantes.
Desde el 24 de diciembre hasta el 1 de enero se registraron 135 pacientes quemados en el sistema público de salud. Son siete casos más comparados con los ingresados en el año 2018.
En la mayoría de los cuadros las quemaduras fueron de grado uno, es decir superficiales, y se concentraron en los miembros superiores del cuerpo: rostro y manos.
La mayor parte de los afectados tienen entre 15 a 59 años de edad. En el año que recién finalizó hubo menos casos de menores de edad quemados. Pero cuando ocurrieron los padres de familia tardaron más de tres días en llevar a sus hijos al hospital, probablemente por miedo a enfrentar la justicia.
Eso, sin embargo, complicó la salud de los menores porque el tratamiento con productos caseros les provocó infecciones en la parte quemada.
El año pasado el Ministerio de Salud (MINSAL) gastó entre 900 a 1 mil dólares diarios en cirugías, curaciones y similares atenciones para los pacientes que sufrieron quemaduras.