El Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador otorgó calidad de víctimas a los empresarios canadienses Matteo Pasquale y Franco Pacetti a petición de la Fiscalía General de la República (FGR) en un caso donde Enrique Rais es uno de los principales acusados.
Se trata del caso “Corruptela”. Ahí, en más de mil páginas, se detalla cómo el exempresario de la basura, Enrique Rais, y el entonces fiscal general, Luis Martínez, fabricaron una serie de casos en contras de sus adversarios. Las víctimas son varias personas, entre ellas los empresarios canadienses Pasquale y Pacetti.
El 16 de enero de 2019, la Fiscalía presentó una acusación en contra Luis Martínez, Enrique Rais y sus cómplices por haber manipulado pruebas en contra de los empresarios canadienses.
Rais acusó a los inversionistas canadienses de haberlo extorsionado con las acciones de la empresa Manejo Integral de Desechos Sólidos S. E. M. de C. V. (MIDES), encargada de procesar la basura de varios municipios del país.
Pero, según la Fiscalía General, Enrique Rais se alió con Luis Martínez para armar un proceso penal en contra de los empresarios canadienses. Para ello fabricaron pruebas falsas. Los otros cómplices fueron sus abogados Wilfredo Gutiérrez y Héctor Grimaldi. También su sobrino Hugo Blanco Rais.
Los abogados de Enrique Rais han tratado, a través de argucias legales, de frenar la acusación en contra de su cliente. Pero a la fecha no lo han logrado. El proceso sigue vigente.
Las trampas contra los canadienses
En 2014, Rais y Martínez se aliaron para armar casos penales contra los empresarios canadienses Pasquale y Pacetti. Lo primero que hicieron fue falsear peritajes y elaborar informes para acusarlos en tribunales de justicia. El trasfondo era un pleito por la acciones de MIDES, empresa encargada de recolectar y procesar la basura en casi todo el país.
El plan se comenzó a maquinar muchos meses después que Luis Martínez, un extravagante abogado penalista, llegara a dirigir la Fiscalía General. Eran los primeros meses de 2014.
Enrique Rais, un empresario de la basura, vio terreno fértil para corromper al Ministerio Público y lo hizo. Comenzó a mover las piezas a su favor.
A Luis Martínez le seducía el poder. Le gustaba la exposición mediática. Armaba conferencias de prensa y le encantaba ponerse en primera fila en los operativos fiscales. Pero era poco tolerante con los periodistas que lo cuestionaban.
La mano de Enrique Rais en la Fiscalía de Luis Martínez se comenzó a ver a mediados de 2014. En noviembre de ese año, los periódicos empezaron a revelar los nexos del fiscal general con el empresario de la basura.
El 26 de noviembre de 2014, por ejemplo, la Revista Factum publicó que Luis Martínez había viajado en aviones de Enrique Rais. Eso significaba un conflicto de interés porque para entonces Rais era una supuesta víctima pero también había sido demandado en la Fiscalía. Los canadienses presentaron cargos en su contra.
Pero, cuando los periódicos revelaron esos vínculos, las conspiraciones del fiscal general y Enrique Rais tenían meses de estarse maquinando.
Torcieron todo
El 26 de mayo, dos fiscales de la Unidad Anti-Extorsiones acusaron a los empresarios canadienses Matteo Pasquale y Franco Pacetti por los delitos de extorsión y apropiación indebida. La supuesta víctima era Enrique Rais.
Para fundamentar la acusación en contra de los canadienses, el jefe de la Unidad Especializada de Delitos de Extorsiones, Allan Hernández, solicitó al jefe de la Unidad de Investigación Financiera, Tovías Menjívar, realizar una auditoría que sería clave para la acusación penal.
Hernández le pidió a Menjívar hacer una auditoría sobre la cancelación de un crédito otorgado por la sociedad barbadense CINTEC INTERNATIONAL INC a favor de la sociedad panameña SERVICIOS E INVERSIONES DEL ISTMO S.A., por un monto de 11 millones de dólares que servirían para la adquisición del 100% de las acciones de la sociedad TRADESAL INC, propietaria en ese momento del 90% de las acciones de MIDES.
Tovías Menjívar recibió una certificación notarial de un informe de auditoría practicado fuera del proceso por un contador contratado por Enrique Rais. En ese informe se determinaba que el crédito estaba cancelado.
Lo extraño de esa auditoría es que, además de ser elaborada en poco tiempo, tenía como firma responsable a Tovías Menjívar, es decir, el propio jefe de la Unidad Financiera de la Fiscalía.
Eso significaba que Menjívar, además de abogado era contador público certificado. De lo contrario, Tovías Menjívar estaba cometiendo delitos relativos a falsedades documentales.
Lo cierto es que ese documento fue utilizado por los fiscales para presentar cargos penales contra los canadienses por los delitos de extorsión y apropiación indebida.
Pero los canadienses se habían adelantado a cualquier maniobra de Enrique Rais. Meses antes habían contratado a la empresa contable Ernst & Young para que hiciera un análisis contable. El resultado de ese informe fue que Rais debía más de 5 millones de dólares a los empresarios canadienses.
Además, el fiscal Allan Hernández ordenó hacer un peritaje psicológico a Enrique Rais para justificar las acusaciones contra los canadienses.
Y fue entonces que corrompieron a un psicólogo del Instituto de Medicina Legal llamado Néstor Recinos. Los hombres de Enrique Rais le pagaron para que creara un falso peritaje.
El objetivo era demostrar, con ese peritaje, que Rais estaba siendo extorsionado y que eso se reflejaba en su conducta y en su estado de ánimo.
Los fiscales Allan Hernández y Muñoz Menjívar también utilizaron como prueba un acuerdo preparado por los abogados de Enrique Rais en Miami, Estados Unidos.
Ese documento establecía que Enrique Rais ya había pagado el 50% de las acciones de MIDES de Franco Pacetti y también el 50% de las acciones de Matteo Pasquale.
Con eso pretendían demostrar que Enrique Rais había solventado sus deudas con los canadienses y que el dinero que estos reclamaban era una extorsión.
Cuando los fiscales presentaron la acusación ante el Juzgado Tercero de Paz de San Salvador, la juzgadora dijo que no existía evidencia de extorsión.
Sin embargo, por trámite legal, envió el caso a la fase de instrucción. En esa instancia les giraron orden de captura a los canadienses por no presentarse al juzgado. Pero estos no se quisieron presentar porque sabían de los planes de Luis Martínez y Enrique Rais.
El viaje silenciado
El 12 de diciembre, Diario1 publicó que Luis Martínez había silenciado uno de sus viajes más comprometedores. Cuando reveló su lista de viajes omitió al menos uno que lo comprometía.
El 4 de marzo del 2014, Martínez viajó en un avión de Enrique Rais a Barbados, donde están inscritas las sociedades de los canadienses. Sus acompañantes eran Tovías Menjívar, jefe de la Unidad Financiera, Allan Hernández, jefe de la Unidad Anti-Extorsiones , y Edgar Márquez, el asistente de Martínez.
En ese mismo avión iba el abogado penalista Armando Serrano y César Pompilio Ramos López, los dos abogados más importantes de Enrique Rais. ¿Qué hacían jefes fiscales con abogados de Rais en un mismo avión viajando hacia Canadá?
La creación de MIDES
Matteo Pasquale es un empresario canadiense que en 1990 fundó en Canadá la sociedad Cintec Enviroment. A inicios del milenio, a través de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, se enteró que en El Salvador había muchos problemas con los desechos sólidos. Fue entonces que decidió invertir en el país asociado con alcaldes del FMLN.
Pasquale decidió vender sus acciones de MIDES a raíz de una fuerte campaña mediática promovida en los periódicos salvadoreños donde se le vinculó con el narcotráfico.
A principios de 2005, Enrique Rais le llamó por teléfono y le pidió una reunión en Miami, Estados Unidos. Ahí negociaron las acciones de MIDES. Hubo una serie de acuerdos. Al inicio todo marchó bien. Pero, de pronto, Rais dejó de pagar el dinero acordado. Y entonces comenzaron los pleitos jurídicos.
Pasquale, junto a su principal socio Franco Pacetti, demandaron a Enrique Rais en la Fiscalía General de la República (FGR). Rais también lo hizo contra ellos. Extrañamente sus acusaciones fueron ignoradas y engavetadas. Pero la demanda de Rais prosperó rápidamente.
La Fiscalía, dirigida por Luis Martínez, pidió la captura de Pasquale y Pacetti por el delito de extorsión. Todo jugaba a favor de Rais. Tiempo después, cuando Martínez dejó la Fiscalía, se descubrió que todo había sido un plan maquinado por Rais.
Actualmente Enrique Rais se encuentra prófugo de la justicia. Huyó del país hace más de dos años. Algunos medios han revelado que se encuentra refugiado en Suiza, donde también está siendo investigado por el delito de lavado de dinero.
Luis Martínez, el fiscal que lo apoyó en sus maniobras, se encuentra encarcelado en el penal La Esperanza, conocido como Mariona. Fue condenado a cinco años por delitos de corrupción.