El fiscal general, Raúl Melara, aseguró la mañana de este jueves que la exprimera Dama, Ana Ligia de Saca, no quiere devolver los 17 millones de dólares que habría lavado durante el gobierno de su esposo Elías Antonio Saca.
Durante la entrevista Hechos AM, Melara detalló que negoció un proceso abreviado con los defensores de Ana Ligia. Sin embargo, uno de los requisitos era que la exprimera Dama devolviera los $17 millones por los que se le acusa.
“La señora Ana Ligia de Saca se le había concedido este procedimiento abreviado, pero se pone la condición que para ser beneficiaria tenía de devolver los 17 millones de dólares que ella está acusada de lavar. En ese momento ella se retrae… En ese mismo momento mi orden es que se retire ese beneficio que ella había solicitado”, dijo Melara.
La exprimera Dama está acusada de lavado de dinero y encubrimiento, como parte de una red que lavó $22 millones en contratos publicitarios, para los cuales fueron usados los publicistas Óscar Mixco Sol (hermano de Ana Ligia), José Antonio Lemus Zaldívar, Ricardo Ernesto Lemus Zelaya y José Antonio Armando Lemus Zelaya entre otros.
Según el requerimiento fiscal contra la ex Primera Dama y otros imputados, entre ellos su hermano Óscar Mixco Sol, ella remesó en 2006 dinero a dos cuentas corrientes; en total fueron $667,388.69. De esta cantidad, y según los ingresos percibidos por Mixco y reportados por el ministerio de Hacienda, solo se justifican $159,146.30, resultando una diferencia de $508,242.39 que la exfuncionaria no logró justificar.
En su momento, Antonio Saca argumentó que esos ingresos provienen parcialmente de sus cuentas y para que fueron destinados para cubrir gastos personales y del hogar por un monto de $94,052.31
Además, intentó justificar que Ana Ligia se dedicaba en ese tiempo a “cambiar cheques en efectivo para prestarle dinero a sus amigos, empleados y familiares”. Cuando sus prestadores cancelaban su deuda, la ex Primera Dama reunía el dinero y lo depositaba en sus cuentas personales.
Desde noviembre del año pasado se conoció que Ana Ligia de Saca estaba dispuesta a confesar sus delitos a cambio de una pena reducida. Su esposo, Elías Antonio Saca, fue condenado el pasado 12 de septiembre a 10 años de prisión y a devolver al Estado 260 millones de dólares de los más de 300 millones que malversó del presupuesto estatal junto 6 excolaboradores.
De la misma forma, Saca aceptó confesar que sobornó a una empleada judicial, que le filtraba información sobre su juicio civil por enriquecimiento ilícito, para aspirar a una pena menor por el delito de cohecho activo.