El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Nacionales

El Salvador, de epidemia de homicidios a epidemia de desaparecidos

por ACAN-EFE


Cada día desaparecieron ocho ciudadanos

La cifra de las personas que supuestamente desaparecieron por la violencia en El Salvador durante el 2019 superó el umbral de lo que se considera una epidemia y se colocó en una tasa de más de 48 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo al dato de las denuncias recibidas por la Fiscalía y que fueron proporcionadas a Efe.

De acuerdo con una experta consultada por Efe, es posible homologar el cálculo de la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes con la de desaparecidos.

A nivel internacional se considera que si un país registra una tasa superior a los 10 asesinatos por cada 100.000 habitantes, se está ante una epidemia.

Epidemia

Al cruzar el dato más reciente de población publicado por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) de 6.642.767 habitantes y la cifra de desaparecidos, resulta la tasa de 48,2 por cada 100.000 habitantes en 2019.

De acuerdo con el Ministerio Público, en el año recién terminado los reportes de desaparecidos sumaron 3.202, un comportamiento a la baja en comparación con el 2018.

Diversos reportes de medios locales, que citan como fuente a la Fiscalía, señalan que en 2018 se computaron 3.679 casos, con lo que la cifra de 2019 fue menor en un 12,9 %.

El Salvador registró en 2019 una media diaria de desaparecidos de 8,7.

Datos opacos

Pese a que el número de desaparecidos es superior al de homicidios y, sumados con datos de años anteriores, supera la cifra registrada durante la guerra civil (1980-1992), diferentes sectores concuerdan que las autoridades no son capaces de establecer plenamente si estas personas fueron víctimas de la violencia.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró recientemente que no todas las desapariciones desembocan en un homicidio y que existen otras causas.

«No todas las desapariciones son homicidios. Hay gente que desaparece por deudas, porque se escapa con la novia, porque se van, porque migran y nadie sabe dónde están, porque se perdió borracho», señaló en conferencia de prensa el jefe de Estado.

Agrego que «si usted tiene un hijo de 18 años y sale con sus amigos y no regresa el día siguiente, usted lo va a reportar como desaparecido. Si al día siguiente regresa de goma (con resaca), no va a volver a llamar» para decir «ya lo encontré».

Añadió que no será con «el combate a la delincuencia con que se va a reducir al 100 % los desaparecidos, sino con la cultura de denuncia, con la cultura de trabajar para encontrarlos».

Nuevas iniciativas

En julio pasado, el fiscal general salvadoreño, Raúl Melara, dio vida a la Unidad Especializada de Desaparecidos y en noviembre lanzó un sistema que le permitiría establecer si los cadáveres catalogados como «no identificados» pertenecen a alguna persona reportada como desaparecida.

La creación de este grupo de fiscales dedicados a investigar las desapariciones se dio tras la exhumación de 13 cadáveres de un cementerio clandestino de la pandilla Mara Salvatrucha (MS13).

Estos cuerpos, según las investigaciones de la institución, pertenecen a personas desaparecidas entre los años 2007 y 2018.

Por otra parte, el Congreso recibió en mayo una iniciativa de ley que «busca asegurar la eficacia en los procesos de prevención, registro, búsqueda efectiva de desaparecidos y justicia efectiva», sin que hasta la fecha se conozcan mayores avances en su estudio.

Arriba de la cifra de la guerra

Datos de la Policía Nacional Civil (PNC) facilitados a Efe dan cuenta de que entre 2010 y 2016 desaparecieron unas 10.800 personas, cifra superior a las desapariciones registradas durante la guerra civil, que se estiman entre 8.000 y 10.000.

Israel Ticas, uno de los forenses más reconocidos en el país y que trabaja para la Fiscalía, ha señalado en diferentes ocasiones que si una persona pasa más de ocho días desaparecida existe una alta probabilidad de que haya sido asesinada y enterrada en un cementerio clandestino.

Este fenómeno quedó en evidencia principalmente entre 2012 y 2013, cuando las pandillas pactaron una tregua.

En 2012 hubo una disminución del 40,6 % de los asesinatos y un alza del 39,4 % de las desapariciones, mientras que en el 2013 se registró una baja del 3,1 % de las muertes violentas y una subida del 18,19 % de los desaparecidos.

El Salvador es uno de los países más violentos del mundo con tasas de asesinatos de 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes entre 2015 y 2018, muertes atribuidas principalmente a las pandillas.