Que algunos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) alteren escenas de crímenes, hagan procedimientos fuera de la ley no es nada nuevo. Hay muchos casos judicializados y otros están en la impunidad porque las víctimas tienen miedo de denunciar. Este jueves llamó la atención un caso: Una mujer con supuestos problemas mentales hurtó una patrulla policial en San Salvador y manejó hasta Chalatenango. Pero ¿cómo fue eso? ¿Es cierta la versión oficial de la PNC?
Según la versión oficial de la Policía consignada en un comunicado, “policías de la delegación de Soyapango capturaron en flagrancia a Ruth …, de 26 años de edad, quien, tras recibir el auxilio de unos agentes, huyó con el carro patrulla, por lo que será acusada del delito de hurto agravado”.
Este caso supuestamente sucedió en horas de la madrugada de este jueves sobre la carretera de Oro, en las inmediaciones de la colonia Altavista, Ilopango, San Salvador. Agentes policiales patrullaban la zona y vieron a la mujer que caminaba con un hombre; ella “pidió auxilio por encontrarse mal de salud pues padece de esquizofrenia, por lo que los policías le brindaron el apoyo necesario para trasladarla a un centro asistencial”, de acuerdo con el comunicado de la PNC.
“La mujer abordó la patrulla para ser llevada a un hospital y, al observar que los agentes que la socorrieron indagaban sobre su condición con su acompañante, quien afirmó ser el compañero de vida y se encontraba en aparente estado de ebriedad, aprovechó el momento para arrancar el vehículo y huir con rumbo poniente”.
Hasta ahí al parecer es lógica la versión policial, según fuentes mismas de la PNC. “Lo que no se dice es que se violaron los protocolos policiales. Dejaron puesta la llave de encendido en el patrulla y ningún agente se quedó a custodiar a la mujer, quien tranquilamente se pasó al asiento de conductor, cerró los vidrios, encendió el vehículo y se marchó”.
Quizá, agregan, han omitido detalles porque se revelarían las violaciones a los protocolos policiales y sobre todo “porque en la patrulla también se conducía el oficial de servicio”.
Aparentemente la mujer sufre de esquizofrenia. Y en su condición mental se vio amenazada y huyó. Es por ello que se dirigió hacia Chalatenango, donde viven sus papás.
El expediente clínico de la mujer está en la clínica Bautista de San Martín, donde ha sido tratada por enfermedades mentales.
Las fuentes policiales que hablaron con Diario 1 para contar esta historia se mostraron extrañados y sorprendidos porque, incluso, la misma PNC podría haber revictimizado a la joven mujer con la versión proporcionada.