El secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, vendrá este miércoles a El Salvador para tratar la cooperación regional en seguridad y migración, en el marco de los esfuerzos estadounidenses por frenar la llegada de migrantes irregulares a su frontera sur.
McAleenan se verá este miércoles con el presidente, Nayib Bukele, así como la ministra de Asuntos Exteriores, Alexandra Hill, y el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rogelio Rivas, informó el Gobierno estadounidense.
Asimismo, visitará un centro de formación conjunta para las fuerzas de seguridad en la capital salvadoreña.
El jueves, el funcionario estadounidense participará en el segundo encuentro del Grupo de Trabajo Bilateral sobre Migración y recorrerá un centro de recepción de migrantes.
Por último, el viernes, último día de su visita, McAleenan se reunirá con líderes empresariales salvadoreños que están trabajando para fortalecer las inversiones en el sector turístico del país centroamericano.
McAleenan insistió la pasada semana en una reunión en Panamá con sus homólogos de Centroamérica que es necesario encontrar una «solución regional» al problema de la inmigración irregular.
Datos del Ministerio de Seguridad señalan que entre enero y julio pasados fueron deportadas 22.692 personas, un 60,79 % más que las 14.112 retornadas en el mismo lapso de 2018.
Las cifras oficiales señalan que el 47,2 % de estas personas fueron deportadas desde Estados Unidos y el 37,1 % llegaron de México.
EE.UU. alcanzó un polémico acuerdo de «tercer país seguro» a finales de julio pasado con Guatemala, que está siendo revisado por el tribunal constitucional de ese país y que recibió críticas porque se firmó bajo la amenaza de imposición de aranceles por parte del presidente Donald Trump.
Si finalmente se implementa, el trato permitiría a EE.UU. enviar a Guatemala a solicitantes de asilo hondureños y salvadoreños.
Trump ha criticado de manera reiterada a los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala) por la, a su juicio, inacción a la hora de controlar la migración irregular y ha congelado los fondos de asistencia hasta ver medidas concretas por parte de las autoridades.