El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

El capo Chepe Diablo no quiere que le tomen fotos

por Redacción


La Fiscalía acusa a Chepe Diablo, Juan Samayoa y Wilfredo Guerra por el delito de lavado de dinero y activos en perjuicio del orden socioeconómico. Este jueves se aplazó la audiencia preliminar.

Chepe Diablo se acercó a sus abogados y hablaron en voz baja. Se secretearon. Afuera del Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador había más abogados que periodistas. Eran casi las once de la mañana.

Instantes después, Chepe Diablo se puso de pie y abandonó los tribunales. Pero cuando traspasaba el portón principal, un grupo de periodistas lo interceptó. Le hicieron fotografías, videos, preguntas.

Chepe Diablo siguió caminando, con sus gafas de sol, acompañado por dos hombres. En cierto momento adoptó una actitud violenta y gritó: “¡En la calle me respetan!”.

Los periodistas insistieron. Siguieron preguntando. “Ya estuvo de fotos, aquí me respetan”, volvió a decir en tono molesto.

Atrás de él caminaba un indigente que distendió el ambiente: “El hombre es inocente… Libertad de prensa… El hombre es inocente”, gritó.

Uno de los hombres que acompañaba a Chepe Diablo señaló al indigente y expresó: “Allá está la entrevista”. El mismo Chepe Diablo giró el cuello y, con una risotada en el rostro, repitió: “Allá está”.

José Adán Salazar, conocido como Chepe Diablo, llegó la mañana de este jueves a los tribunales de justicia para enfrentar la audiencia preliminar por el delito de lavado de dinero. Junto a él sería procesado el exalcalde de Metapán, Juan Samayoa, y su hijo Wilfredo Guerra, expresidente de Agroindustrias Gumarsal.

Los periodistas esperaban afuera de la sala de audiencias. Pero, pasadas las diez de la mañana, se corrió el rumor que la audiencia sería suspendida. Así ocurrió. La información fue confirmada por los abogados defensores y por los mismos fiscales.

En un primer momento, Miguel Ángel Flores Durell, abogado de Chepe Diablo, explicó que probablemente la audiencia se suspendería porque los fiscales habían incluido 96 piezas nuevas al proceso a última hora. Eso los ponía en desventaja, pues no podían refutar documentos no anexados al expediente.

Sin embargo, tras una reunión de varios minutos en el Juzgado Cuarto de Instrucción, los fiscales y abogados defensores explicaron que la Sección de Traslados de Reos de Centros Penales no trasladaría a Juan Samayoa porque estaban en “emergencia”.

“Se decidió no iniciar la audiencia porque esto implicaría procesar a los demás y separar el juicio, lo cual, en un caso tan complejo como este, estaría en contra del principio de economía procesal”, explicó uno de los fiscales del caso.

Además de Chepe Diablo, Juan Samayoa y Wilfredo Guerra, en el mismo caso están siendo procesadas Sara Paz Martínez, Susana Nohemí Salazar,  Romelia Guerra Argueta, Transito Ruth Mira de Guerra y Miriam Haydee Salazar de Umaña.

La Fiscalía los acusa por el delito  de lavado de dinero y activos en perjuicio del orden socioeconómico. El caso es voluminoso. Tiene aproximadamente 2,729 piezas, de 200 folios cada una,  que es el resultado de la recolección de elementos de prueba de cargo y descargo de las partes.

Según la Fiscalía General de la República (FGR), los acusados lavaron 215 millones de dólares en las empresas Agroindustrias Gumersal, Sociedad Anónima de Capital Variable, Hoteles Salvadoreños Sociedad Anónima de Capital Variable (HOTESA S.A. DE C.V.) entre otras.

Foto D1, archivo

Foto D1, archivo

Chepe Diablo: un historial delictivo

Chepe Diablo es originario de Metapán, Santa Ana. Tiene 69 años de edad. Su historia empresarial está plagada de dudas: empezó como cambista de quetzales a colones en la frontera de El Salvador y Guatemala; y, en pocos años, se convirtió en un millonario dueño de gasolineras, hoteles y otros negocios.

A mediados de los años noventa era un próspero empresario. Pero las dudas en torno a su fortuna crecían. En 1997, por ejemplo, fundó junto con Juan Umaña Samayoa una empresa de granos llamada Gumarsal. Este último se convirtió años después en alcalde de Metapán. Actualmente es prófugo de la justicia. Los fiscales lo acusan de pertenecer a la red de lavadores encabezada por Chepe Diablo.

Chepe Diablo era dueño de gasolinera, hoteles y otras empresas. En 2014 fue designado por los Estados Unidos capo internacional de la droga. Ese mismo año fue procesado por el delito de evasión de impuestos.

Fue capturado por el delito de lavado de dinero el martes 4 de abril de 2017, junto a su exesposa Sara Paz Martínez Bojórquez y su hija Susana Noemy Salazar de Cruz, por los delitos de lavado de dinero.

Ese mismo día, la Fiscalía ordenó el allanamiento de 70 residencias y locales comerciales vinculados a Chepe Diablo, acusado de ser el cabecilla de una estructura de lavado de dinero.

Tanto Salazar Umaña como su primo, Juan Umaña Samayoa, son señalados por formes de inteligencia policial de encabezar el Cártel de Texis, una estructura de trasiego de droga que operaba en la zona noroccidental del país, usando puntos ciegos fronterizos con Guatemala para asegurar sus actividades.

JOSE ADAN SALAZAR CHEPE DIABLO REQUERIMIENTO 2

El narco-alcalde

Juan Samayoa también tiene un largo historial delictivo. Informes de inteligencia policial indican que en los años ochenta estuvo involucrado en el contrabando de mercadería.

A mediados de los años noventa comenzó a comercializar granos básicos. Fundó, junto con José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, la empresa Agroindustrial Gumarsal. Su patrimonio había crecido aceleradamente. Eso levantó sospechas. Las autoridades policiales comenzaron a darle seguimiento a sus negocios.

A finales de los años noventa se metió a la política. Primero fue concejal de la alcaldía de Metapán por ARENA, pero luego abandonó ese partido. Para las elecciones municipales del 2006, Samayoa disputó la alcaldía cobijado por la bandera del PCN.

En 2011, el periódico digital El Faro reveló que Juan Samayoa era uno de los cabecillas del Cártel de Texis, una organización de crimen organizado que opera en el occidente del país. Pese a esa publicación y a los tres informes policiales existentes, las autoridades no hicieron nada por judicializar el caso.

Un año antes, Samayoa había ganado por segunda vez consecutiva las elecciones municipales en Metapán. Se jactaba de no haber hecho campaña política para el segundo período: decía que su primera gestión hablaba por sí sola.

En el año 2014, la Fiscalía General de la República (FGR) lo acusó por el delito de evasión de impuestos. Al final, Samayoa decidió pagar $1 millón para saldar cuentas y quedó libre de cargos.

En abril del año pasado, la Fiscalía ordenó su captura por el delito de lavado de dinero.  Sin embargo, cuando los policías montaron el operativo para capturar a Samayoa, este ya se había escapado. Al igual que su hijo Wilfredo Guerra.

Juan Samayoa fue capturado en octubre del año pasado mientras se conducía en un pick up sobre  el kilómetro 33  de la carretera Panamericana, en el carril que de Santa Ana conduce hacia San Salvador.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS