El Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador ordenó a Carlos Rivas, pastor del Tabernáculo de Avivamiento Internacional (TAI) abstenerse de consumir bebidas alcohólicas durante un año, después de haber sido detenido ebrio en el bulevar Constitución.
Rivas quedará a la orden de un juez de vigilancia penitenciaria que deberá garantizar que se cumpla la orden de no ingerir bebidas embriagantes.
El 18 de abril Rivas fue capturado por el delito de conducción temeraria. En la fotografía que divulgó la Policía Nacional Civil (PNC) se le ve con los ojos enrojecidos y pequeños y con la boca estirada, es decir, en aparente estado de ebriedad.
Él, sin embargo, dijo un par de días después de su detención que en realidad estaba desvelado, que “no había dormido toda la noche” y que lo habían tenido “de aquí para allá” y culpó a los medios de comunicación de hacer leña del árbol caído con su persona.
Aseguró, asimismo, que la Fiscalía General y la Policía no contaban con las pruebas suficientes para procesarlo por conducción temeraria, no obstante los agentes que lo detuvieron afirmaron que el pastor, evidentemente, estaba ebrio.
Desde entonces Rivas anunció que iba a retirarse un tiempo de predicar. Dijo que lo hacía con el “dolor” de su alma.
Después de la detención hubo otra polémica: el pastor salió en libertad menos de 48 horas después de haber sido llevado a bartolinas. Raúl Melara, fiscal general, tuiteó después de la liberación: “Carecer de una prueba de alcotest no debe ser motivo de impunidad para quien pone en peligro la vida de los demás al conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas”.