El Salvador
domingo 12 de enero de 2025

Así se filma «El suspiro del silencio»

por Redacción


"El suspiro del silencio" es la nueva película del cineasta salvadoreño Alfonso Quijada. Trata sobre una joven de 20 años de edad que ha trabajado en fincas de café desde niña y en su juventud descubre que es una experta catadora de café. Eso le abre nuevas puertas y desata una serie de aventuras.

¡Acción!

Alfonso Quijada está frente a un pequeño monitor, concentrado, con la respiración cortada y la mirada clavada en la escena que protagoniza Laura Osma.

Estamos en una habitación oscura donde todo transcurre con lentitud. La mirada de Alfonso sigue difuminada en la pequeña pantalla donde Laura se despierta, quita las sábanas de su cuerpo y se sienta en la cama. Luego gira su cuello y mira hacia la ventana.

En cierto momento, Alfonso da un grito que retumba en toda la habitación: «¡Corte!». Instantes después, el cuadro vuelve a repetirse, una y otra vez, hasta que Alfonso considera que ha logrado la perfección.

En esa escena Laura no es Laura, sino Josefina Moreno, personaje principal de la película El suspiro del silencio. El director de la película es Alfonso Quijada, un cineasta salvadoreño que ha decidido recorrer caminos poco explorados en el país: hacer cine de ficción.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

El itinerario  

Es miércoles. Alfonso ha permitido que Diario 1 entre al terreno donde se filma su nueva película. La rutina comienza a las cinco de la mañana. El punto de destino es Jayaque, un municipio ubicado en una zona montañosa del departamento de La Libertad.

Ahí, entre plantaciones de café y árboles frutales, Alfonso dirige a su equipo de trabajo. Lo hace con ímpetu y pasión.

Después del desayuno, el equipo forma un círculo donde se detallan las escenas que filmarán durante todo el día. También se hacen recomendaciones, reclamos y felicitaciones.

La jornada es intensa. Terminada la primera reunión, los actores y las actrices pasan al camerino donde se visten y maquillan. Los técnicos preparan las cámaras y micrófonos. También las grabadoras de audio. Los encargados de arte montan los escenarios.

Alfonso va de un lado a otro, cuidando todos los detalles. Por momentos se acerca a los periodistas para conversar. Asegura, entre otras cosas, que tiene proyectado finalizar la película en octubre de este año.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

Luego dice que El suspiro del silencio trata sobre una joven de 20 años de edad que ha trabajado en fincas de café desde niña y, de pronto, descubre que es una experta catadora de café y eso le abre nuevas puertas.

El director agrega que las habilidades de Josefina Moreno con el café es la trama principal de la película, pero que el tema de fondo es la violencia contra la mujer.

En cuanto al elenco, Alfonso Quijada se muestra entusiasmado y satisfecho. “Trajimos a Laura Osma, de Colombia, que es una actriz que en la medida que trabajo con ella me deja con la boca abierta. Tiene un nivel de profesionalismo increíble. También tenemos actores del país como nuestra queridísima Mercy Flores y Carlos Aylagas, quien fue la estrella principal de La palabra de Pablo”.

Laura Osma, por su parte, se muestra feliz al encarnar a Josefina Moreno. “Es un personaje muy lindo de hacer para mí porque es una mujer con sueños, luchadora, humilde, que trata de salir adelante y, como todos tenemos sueños, ella quiere realizar los suyos”.

Respecto a los demás actores que participan en la película (la mayoría salvadoreños), Laura Osma asegura que le ha sorprendido el talento que hay en el país.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

Radiografía cinematográfica

El carro encendido. No. Mejor el carro apagado. Alfonso no está satisfecho. Piensa que a la escena le hace falta fuerza. Por eso pide que se repita de nuevo. Lo pedirá muchas veces más, hasta que esté convencido que todo salió bien.

“Una película es detalles, detalles, detalles. Tengo un equipo de casi 50 personas, todos dedicados a mejorar y mantener el nivel de producción”, dice Alfonso minutos después, cuando los técnicos desmontan el escenario donde se acaba de grabar la complicada escena.

Alfonso tiene las cosas claras. Fue él quien escribió el guión. No solo eso. También buscó la locación y eligió a los actores. Y ahora es él quien dirige la filmación. Recuerda que cuando terminaron La palabra de Pablo se regresó a Vancouver, Canadá, para madurar su nuevo proyecto.

Por esos días comenzó a ver en Netflix la serie El Chapo. Muy pronto se enamoró de la actuación de Laura Osma, quien hacía el papel de Emma Coronel, la última esposa del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán. La contactó. Le habló de su proyecto. Le envió el guión y esperó la respuesta de Laura, quien en un inicio tuvo dudas de venir a El Salvador, pero, finalmente, su respuesta fue afirmativa.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

Alfonso, quien estaba satisfecho con La palabra de Pablo, se puso nuevos retos. Quería superar las deficiencias que habían tenido en esa película. Por eso contactó a José Robles, de Unity Rentals, para hacer una producción de mejor calidad.

José, quien ya había trabajado en cortometrajes, pero no en largometrajes, se entusiasmó con la idea y aceptó el reto. “Nosotros venimos de apoyar varios proyectos, a parte de este, y para nosotros ha sido una gran oportunidad en cuanto al desarrollo de la industria que se quiere desarrollar en el país. Me parece que esta es una de las mejores oportunidades que estamos teniendo y creo que se está logrando”, dijo.

Alfonso sueña con crear una industria de cine en El Salvador. Ha dado algunos pasos. Pero asegura que es necesario seguir tocando puertas para que otros empresarios se sumen al esfuerzo.

Su trabajo ha generado entusiasmos en distintos sectores. Muestra de ello es que al lugar donde la película se está rodando llegó un representante de la embajada de los Estados Unidos en El Salvador.

Luego de hablar con los periodistas de este medio, Alfonso Quijada vuelve a sus faenas. Son casi las cinco de la tarde y todavía falta una escena. Esta vez durará menos tiempo. Al cabo de unos treinta minutos, Alfonso grita: “¡Corte!”. La jornada ha terminado. Mañana será otro día.

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL LEMUS