Es miércoles. Estamos en una finca cafetalera ubicada en el municipio de Jayaque. Alfonso Quijada anda de un lado a otro, dirigiendo la filmación de su película El suspiro del silencio.
Pareciera como si el Alfonso y su equipo tienen una energía inagotable. Han trabajado casi diez horas y todavía tienen el cuerpo cargado de adrenalina.
“Estamos haciendo algo grande”, dice Alfonso a periodistas de Diario 1. Lo expresa con entusiasmado. Su concentración está totalmente puesta en la película que está rodando, pero su cabeza es un torrente de ideas cinematográficas.
Alfonso quiere crear una escuela de cine en El Salvador. Está consciente que el camino es largo. Pero ya dio los primeros pasos. No solo está filmando películas de alta calidad que se transmiten a través de HBO, sino que consiguió apoyo financiero para montar APEX Studios.
— Alfonso, ¿cómo definirías El suspiro del silencio?
— Es una película muy dramática, con un tema muy fuerte como es el maltrato a las mujeres.
— ¿Por qué elegiste el municipio de Jayaque para rodarla?
— Yo quería que la película se grabara en El Salvador. Por eso busqué por todas partes un local que conviniera… Este lugar es bello y tiene las condiciones que yo necesitaba para rodar la película.
La actriz colombiana Laura Osma, quien es la protagonista de la película, también habla de su experiencia en tierras salvadoreñas.
“Jayaque es un pueblo hermoso, con un clima precioso. Al mediodía hace calor, pero realmente es todo muy fresco. Yo, como siempre lo he dicho, me enamoré de El Salvador desde el primer minuto”, dice.
Una escuela
Alfonso sabe que desarrollar una industria cinematográfica es algo que lleva tiempo. Sin embargo, a su criterio, con La palabra de Pablo, El Salvador dio un salto de calidad de grandes dimensiones.
Ahora, con El suspiro del silencio, el objetivo es superar las deficiencias de la película anterior. Alfonso señala que es importante fortalecer la parte técnica.
En ese sentido, APEX Studios, que cuenta con el respaldo de Grupos de Medios Uno, es un gigantesco avance en la industria del cine salvadoreño, pues cuenta con la capacidad para producir, financiar y distribuir largometrajes con estándares competitivos. Pero no todo está terminado. Todavía quedan muchas cosas por hacer.
Uno de los objetivos de Alfonso es formar un equipo especializado para hacer la posproducción de las películas que filme en el futuro.
— Actualmente el 30 o 40 por ciento de mi presupuesto se va para Colombia, solo en la posproducción. Si nosotros seguimos haciendo dos o tres películas al año, el 30% se está yendo a Colombia. La idea es crear una escuela. Traemos a los colombianos, los mexicanos, argentinos y chilenos, y les pagamos. Se va a sentir como que estamos perdiendo, pero la idea es que los técnicos y editores aprendan aquí. Necesitamos tener buenos técnicos en el país para que la industria siga creciendo.
— ¿Y qué hace falta para darle más músculo a la industria del cine en El Salvador?
— Que se sumen más empresarios convencidos que el cine es una industria.
Alfonso es un director que cuenta con una larga trayectoria fílmica. Desde actor, director y productor. Tiene ya más de 30 años recorridos en los cuales no solo ha realizado filmes salvadoreños, sino que ha participado en rodajes del más alto nivel en Hollywood.
En el futuro, Alfonso tiene proyectado producir series salvadoreñas. Sabe que actualmente es uno de los terrenos que está generando más dinero en la industria cinematográfica.
Antes de despedirse, el cineasta salvadoreño da una exclusiva: La palabra de Pablo será llevada al cine mexicano.
— La palabra de Pablo está en HBO Go en este momento y Sony Picture ha venido trabajando el proceso de sacarla… eso es lo más alto que ha existido en la historia del país, nunca una película, un largometraje salvadoreño, dramático, ha podido lograr llegar a ese nivel en México. De ahí se va para Brasil, Chile y toda Latinoamérica.