Las relaciones entre el presidente estadounidense Donald Trump y el Congreso actualmente no pasan por su mejor momento. La negativa de la Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata, de aprobar el presupuesto público para el año fiscal 2019, mantiene al gobierno en una parálisis que cumplirá un mes, la más larga en la historia reciente de la Unión Americana.
Además de congelar el funcionamiento del gobierno y los salarios de cerca de un millón de empleados, el forcejeo entre el Congreso y Trump en torno al proyecto de este de construir un muro fronterizo entre Estados Unidos y México, mantiene detenidas las designaciones de 200 embajadores estadounidenses en todo el mundo.
La Cámara de Senadores, pese a tener mayoría republicana, devolvió al Departamento de Estado la designación de embajadores propuestos por Trump, entre ellos el de Ronald Douglas Johnson, propuesto para ser embajador en El Salvador en sustitución de la diplomática Jean Manes.
En octubre de 2018 el Departamento de Estado confirmó la propuesta de Trump de designar a Ronald Douglas Johnson como embajador. Johnson es un ex Coronel del ejército estadounidense, que a partir de 1998 pasó a formar parte de la Comunidad de Inteligencia del país norteamericano.
Actualmente se desempeña como enlace de Ciencia y Tecnología de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) con el Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos en Tampa, Florida.
Diez días después de su nominación, Johnson brindó declaraciones en castellano a La Prensa Gráfica, en las que manifestó que de llegar a la embajada, enfocaría su trabajo en la seguridad y prosperidad de Estados Unidos y El Salvador.
Analistas en política exterior miran este nombramiento como un cambio de visión en las relaciones que Estados Unidos sostiene con El Salvador, las que según el Departamento de Estado están en etapa de “replanteamiento”, debido al vuelco que el gobierno salvadoreño ha dado para favorecer los lazos con la República Popular de China.
Actualmente la embajada de Estados Unidos en El Salvador brinda servicios limitados debido a la parálisis presupuestaria que atraviesa el gobierno. La todavía embajadora Manes todavía sostiene reuniones con autoridades políticas y jurídicas del país.
Esto, pese a que tan pronto con marzo próximo podría dejar el país debido al cumplimiento de su período oficial de tres años, el cual empezó con su llegada al país en marzo de 2016. Esto dejaría a la embajada como en otras ocasiones, sin un embajador formalmente nombrado, dependiendo del tiempo en que el Senado se tome en ratificar al jefe de misión diplomática.
Los corresponsales de prensa salvadoreños acreditados en Estados Unidos que reportaron la nota del bloqueo de la designación de Johnson como embajador, sostienen que este tipo de designaciones toman tiempo, ya que la misma Jean Manes tardó dos meses en ser ratificada por el Senado en 2015, luego de ser propuesta por el entonces presidente Barack Obama.