El Juzgado Especializado de Sentencia B abrió este lunes la vista pública por el delito de extorsión agravada contra 13 imputados, entre los que se encuentra el exmediador de la Tregua entre Pandillas, Raúl Mijango.
Este caso inició en agosto de 2017, cuando la Fiscalía General de la República (FGR) le notificó de un nuevo delito en su contra, mientras Mijango se encontraba enfrentando el proceso por las anomalías ocurridas en la tregua que él ayudó a mediar.
El juicio contra Mijango se postergó en varias ocasiones, debido a que la Fiscalía presentó al juzgado una serie de grabaciones telefónicas que fundamentan la acusación. Según la fiscal del caso son más de 200 audios, la cual tiene información relevante para el caso, en los audios se ha trabajado en diferentes medios de investigación.
De acuerdo con la Fiscalía, Mijango planificaba desde una oficina pagada con el gobierno cómo extorsionar a grandes empresas, en coordinación con los líderes históricos de la pandilla MS-13 y Barrio 18.
El exguerrillero había convencido a esas estructuras pandilleriles que tenían que mutar y exigir no solo dinero sino también productos para montar negocios. Fue así que empezaron a extorsionar a una empresa agroindustrial, exigiéndole en una primera etapa dinero en efectivo, para luego cambiar el método de extorsión y solicitaron granos básicos con sus respectivas facturas.
En total, las pandillas y Raúl Mijango extorsionaron con más de $800,000 a dicha empresa en cuatro años, desde 2010 hasta el año 2014.
La investigación fiscal señala que las pandillas comenzaron a la extorsionar a la empresa agroindustrial desde el año 2010. Dicha extorsión inició en el 2010 y consistía en el pago de cantidades que variaban según los sectores y estas cantidades oscilaban entre los $75 y $175.
Las pandillas exigían $15,000 mensuales a la empresa a cambio de respetar la vida de sus empleados. Aunque esta modalidad finalizó en 2013, las pandillas recibieron $500,000 en concepto de extorsiones.
En medio del proceso de la tregua entre pandillas avalada por el gobierno de Mauricio Funes, el excomdante guerrillero Raúl Mijango cambió las reglas del juego a las pandillas.
En una oficina cerca del hotel Novo, en San Salvador, que era pagada por el gobierno, Mijango convocó a una reunión a los representantes de la empresa que estaba siendo extorsionada bajo la excusa de “mediar” con las pandillas.
Mijango convocó a nueve cabecillas de tres pandillas: Por el Barrio 18, facción Revolucionaria, llegaron Carlos Ernesto Mejía Sambrano, alias “El Donky”; Luis Alfredo Velásquez Rivera, alias “El Chino Alf”; Nelson Ricardo Carrillo Granados, alias “El Zer”; Julio César Reyes Gómez, alias “El Chory”. En representación de la facción Sureña asistieron Rafael Eduardo Jordán, alias “El Chafa Rafa” y William Antonio López Zelaya, alias “El Conejo”, mientras que por la MS-13 estuvieron presentes Danni Fredi Ramos Mejía, alias “El Cisco”, y Rubén Antonio Rosa Lovo, alias “El Chivo de Centrales”.
Vía telefónica participaron otros tres cabecillas: César Daniel Renderos, alias “El Muerto de las Palmas”; Marcelino Antonio Guillén Molina o José Antonio Martínez Chávez, alias “El Cagüina”, y José Francisco Alvarado Durán, alias “El Niño Crazy”.
Los representantes de la empresa extorsionada se quedaron atónitos con las palabras de Mijango al inicio de la reunión. “Aquí no se trata de quitar ninguna extorsión. Aquí lo que se trata es de ver de qué forma salen gananciosos las pandillas y la empresa”, dijo Mijango en una conversación grabada por la Fiscalía, en la que se negoció una renta valorada en $6,000 mensuales de granos básicos para las pandillas. El valor total de esta extorsión se elevó a más de $108,000 en granos básicos que fue otorgado durante 18 meses.
En esa fecha, Raúl Mijango estaba inmerso en la tregua entre pandillas y llegaba con frecuencia al despacho del ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés, para notificar los avances del proceso que significó una reducción de homicidios. Además, con la tregua los pandilleros recibieron beneficios carcelarios.
A simple vista, reducir de $15,000 mensuales a $6,000 en granos básicos era un mal negocio para las pandillas. Pero el exguerrillero convenció a esas estructuras delincuenciales que era lo contrario. “No se preocupen; les va a servir a ustedes como una empresa, van a poder contratar a los mismos pandilleros o a sus familiares para que distribuyan ese producto”, les afirmó Mijango en una conversación grabada por la Fiscalía.
La Fiscalía documentó que la empresa agroindustrial otorgó a las pandillas $108,000 en granos básicos en concepto de extorsión.
Los granos básicos fueron llevados hasta una bodega ubicada en el municipio de Soyapango. La bodega era propiedad de Raúl Mijango, quien tenía responsabilidad en la logística de distribución para su posterior comercialización, señala la Fiscalía.
Sin embargo, en 2014 los pandilleros se comunicaron con la empresa y expresaron que ya no querían más producto. En esa fecha la tregua había finalizado y las pandillas urgían de dinero. Optaron por cheques bancarios, que fueron cobrados por un pandillero identificado como José Ramiro Mejía Henríquez.
Desde junio de 2014 hasta la fecha, la empresa ha entregado $6,000 mensuales en renta a las tres pandillas. La extorsión actualmente se divide así: $3,000 para la MS-13 y $1,500 a cada una de las dos facciones del Barrio 18, de acuerdo con la investigación fiscal.