El Salvador
martes 7 de enero de 2025

Chepe Diablo también es investigado por narcotráfico

por Redacción


Un equipo de investigadores de la Policía Nacional Civil indagó, desde 2011, los narconexos de Adán Salazar Umaña, conocido como Chepe Diablo. Esto fue lo que descubrieron.

José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, está siendo investigado por los delitos de narcotráfico. Así lo confirmaron jefes de la Fiscalía General de la República (FGR) a un periodista de La Prensa Gráfica.

De acuerdo con referido periódico, la Policía Nacional Civil (PNC) delegó en agosto de 2011 a un equipo de investigadores para que le dieran seguimiento a las actividades de Chepe Diablo, quien actualmente se encuentra procesado por el delito de lavado de dinero.

Uno de los investigadores relató que en una ocasión le dio seguimiento a una transacción de droga ocurrida frente al hotel Tolteka, ubicado en Santa Ana, propiedad de Chepe Diablo.  El agente observó una camioneta del Cuerpo Diplomático que se estacionó frente al establecimiento. Después observó que un hombre trigueño, de unos 40 años, bajó del automóvil, se dirigió al baúl y sacó tres maletas negras que se las entregó a un empleado del hotel

El agente, que aparece en la investigación como Cecilio, confirmó después que las maletas estaban llenas de droga y que el verdadero receptor era Chepe Diablo.

En la investigación, los agentes armaron un esquema sobre los socios y las conexiones de Chepe Diablo en el negocio de la droga.

Entre sus principales socios aparecía Juan Umaña Samayoa, quien desde 2006 hasta 2016 se mantuvo en la alcaldía de Metapán, y el hijo de este Wilfredo Guerra, quien hasta hace dos años era el presidente de Agroindustrias Gumarsal. Ambas personas se encuentran prófugas de la justicia. Están siendo procesadas, al igual que Chepe Diablo,  por el delito de lavado de dinero.

De hecho, esos datos han dado pauta para que los fiscales, de la Unidad Antinarcotráfico y del Grupo contra la Impunidad de la Fiscalía, investiguen todas las actividades de Chepe Diablo relacionadas con el narcotráfico.

Entre los informes que maneja la Fiscalía es que el cártel de Chepe Diablo, conocido como Texis, ha utilizado cabezales, contenedores y camiones para trasladar droga desde Nicaragua. Otro de los enlaces de Chepe Diablo, en el negocio de la droga, según el informe citado por La Prensa Gráfica, es Isaac García Lemus, acusado de contrabandista por la Fiscalía.  Otra de las alianzas en el tráfico de droga que Chepe Diablo tenía era el cártel de Los Perrones, que en la década pasada fue casi desmantelada por los autoridades salvadoreñas.

“La Policía descubrió que los enlaces entre Salazar Umaña y el grupo eran Élmer Bonifacio Medrano Escobar y Miguel Ángel Pozo Aparicio, ambos maleteros del aeropuerto en Ilopango, quienes se convirtieron en la conexión centroamericana del cartel de Sinaloa en los tiempos de Joaquín «el Chapo» Guzmán Loera”, dice el texto de La Prensa Gráfica.

Foto D1 archivo.

Foto D1 archivo.

Historial delictivo

Chepe Diablo es originario de Metapán, Santa Ana. Tiene 69 años de edad. Su historia empresarial está plagada de dudas: empezó como cambista de quetzales a colones en la frontera de El Salvador y Guatemala; y, en pocos años, se convirtió en un millonario dueño de gasolineras, hoteles y otros negocios.

A mediados de los años noventa era un próspero empresario. Pero las dudas en torno a su fortuna crecían. En 1997, por ejemplo, fundó junto con Juan Umaña Samayoa una empresa de granos llamada Gumarsal. Este último se convirtió años después en alcalde de Metapán. Actualmente es prófugo de la justicia. Los fiscales lo acusan de pertenecer a la red de lavadores encabezada por Chepe Diablo.

Chepe Diablo era dueño de gasolinera, hoteles y otras empresas. En 2014 fue designado por los Estados Unidos capo internacional de la droga. Ese mismo año fue procesado por el delito de evasión de impuestos.

Fue capturado por el delito de lavado de dinero el martes 4 de abril, junto a su exesposa Sara Paz Martínez Bojórquez y su hija Susana Noemy Salazar de Cruz, por los delitos de lavado de dinero.

Ese mismo día, la Fiscalía ordenó el allanamiento de 70 residencias y locales comerciales vinculados a Chepe Diablo, acusado de ser el cabecilla de una estructura de lavado de dinero.

Chepe Diablo quedó en libertad luego que la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador revirtiera la detención provisional ordenada por el juez Cuarto de Instrucción. Adán Salazar pagó una fianza de 200 mil dólares.

Un día después, la Fiscalía General de la República (FGR) cuestionó la resolución de los magistrados Guillermo Arévalo Domínguez y Disraely Omar Pastor.

El pasado 11 de enero, la Fiscalía inició el proceso de extinción de dominio contra Chepe Diablo para incautarle 81 inmuebles y 16 sociedades con sus respectivas empresas.

Foto D1 archivo.

Foto D1 archivo.

El fugitivo Samayoa  

Juan Samayoa tiene un largo historial delictivo. Informes de inteligencia policial indican que en los años ochenta estuvo involucrado en el contrabando de mercadería.

A mediados de los años noventa comenzó a comercializar granos básicos. Fundó, junto con José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, la empresa Agroindustrial Gumarsal. Su patrimonio había crecido aceleradamente. Eso levantó sospechas. Las autoridades policiales comenzaron a darle seguimiento a sus negocios.

A finales de los años noventa se metió a la política. Primero fue concejal de la alcaldía de Metapán por ARENA, pero luego abandonó ese partido. Para las elecciones municipales del 2006, Samayoa disputó la alcaldía cobijado por la bandera del PCN.

En 2011, el periódico digital El Faro reveló que Juan Samayoa era uno de los cabecillas del Cártel de Texis, una organización de crimen organizado que opera en el occidente del país. Pese a esa publicación y a los tres informes policiales existentes, las autoridades no hicieron nada por judicializar el caso.

Un año antes, Samayoa había ganado por segunda vez consecutiva las elecciones municipales en Metapán. Se jactaba de no haber hecho campaña política para el segundo período: decía que su primera gestión hablaba por sí sola.

En el año 2014, la Fiscalía General de la República (FGR) lo acusó por el delito de evasión de impuestos. Al final, Samayoa decidió pagar $1 millón para saldar cuentas y quedó libre de cargos.

En abril del año pasado, la Fiscalía ordenó su captura por el delito de lavado de dinero.  Sin embargo, cuando los policías montaron el operativo para capturar a Samayoa, este ya se había escapado. Actualmente sigue prófugo de la justicia.