Fueron días de angustia, dolor e incertidumbre. Durante un mes, Arnovis Guidos no supo nada de su hija Meybelin, de seis años de edad. Por eso, este jueves, cuando la vio cruzar una de las puertas del Aeropuerto Monseñor Oscar Arnulfo Romero, corrió para abrazarla y lloró de alegría.
Fue a mediados de mayo pasado cuando Arnovis decidió irse con su hija de manera ilegal a los Estados Unidos. Al llegar al país norteamericano, solicitaron asilo por supuestas amenazas de pandillas.
Pero no hubo una respuesta favorable. Ambos fueron arrestados y separados el 27 de mayo por agentes de inmigración.
Arnovis es un pescador de 26 años de edad, del municipio de San Luis Talpa. La precariedad económica también lo impulsó a emigrar con su hija, pero fueron detenidos al cruzar la frontera sur de México.
Ahí fueron capturados y separados. Arnovis fue deportado hace una semana. Sin embargo, durante ese tiempo no supo nada de su hija. No la vio ni escuchó durante un mes.
Este jueves, Arnovis fue acompañado por un grupo de familiares que llevaron carteles y globos para darle la bienvenida a la niña que estuvo retenida en un centro de Phoenix.
«Me siento feliz, contento que voy a volver a ver a mi hija», dijo a la prensa Arnovis con evidente nerviosismo. Cuando vio a su hija corrió a abrazarla y no pudo contener el llanto.
Como parte de una estrategia para detener la migración desde México y Centroamérica, el presidente Donald Trump impulsó una iniciativa para separar a las familias que intentaran ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Más 2 mil 300 niños inmigrantes fueron separados de sus padres y enviados a diferentes centros de detención en Estados Unidos desde que Trump comenzó la política de «cero tolerancia» a la inmigración ilegal.
El mandatario estadounidense firmó la semana pasada un decreto que ordenaba el fin de la división de las familias de inmigrantes ilegales, pero estableció que a partir de ahora los menores deberán ser encerrados con sus padres mientras estos se enfrentan al proceso para ser deportados.
Hasta ahora, las autoridades han reunido con sus familiares a, por lo menos, 522 niños inmigrantes, aunque 2,053 menores siguen bajo custodia de las autoridades, según datos publicados el sábado por el Departamento de Seguridad Nacional.
Muchos de esos menores proceden de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos Gobiernos han condenado la separación de las familias y han criticado la política de «tolerancia cero» hacia la inmigración ilegal, que lleva a procesar criminalmente a los indocumentados y originó el problema de las divisiones familiares.