El Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador condenó a 13 personas que conformaban una banda de robafurgones, acusados de masacrar a nueve personas el 30 de mayo de 2015, en una fábrica de bloques que servía como parqueo para cabezales de tráileres en Quezaltepeque, departamento de La Libertad, a penas que van desde los 4 hasta los 252 años de cárcel.
Aparte de la masacre, los señalados fueron encontrados culpables de ocho casos de robo, uno de robo agravado imperfecto y asociaciones ilícitas. Dicha banda guarda prisión desde julio de 2016.
El caso conmocionó a la población, ya que las víctimas fueron encontradas con ataduras en sus manos y en sus pies y en las paredes de la bodega ubicada en el caserío Milagro de la Roca fueron encontradas pintas con la letra z, como haciendo ver que la masacre corrió a cargo de grupos al servicio del Cártel de Los Zetas de México.
Desde un principio, las autoridades manejaron el asunto como un crimen ligado al narcotráfico, al juzgar por la forma en que las nueve víctimas fueron acribilladas. La zona en que ocurrió la masacre está rodeada por casas y ninguno de los lugareños advirtió que en la bodega ocurría algo, hasta que la Policía acordonó la zona.
Las primeras investigaciones apuntaron a que los asesinos usaron armas con silenciadores para no alarmar a los vecinos.
Cabe mencionar que una de las nueve víctimas fue identificada como Rudis Alcides Lazo Flores, pariente de Reynerio de Jesús Flores Lazo, considerado hace años como el cabecilla de Los Perrones, una organización criminal al servicio de cárteles mexicanos que fue desbaratada varios años atrás.
Las pruebas mostradas por la Fiscalía durante la vista pública sostuvieron que el móvil de la masacre fue por problemas de droga. Los sicarios tenían la orden de matar a todas las personas que se encontraran en el lugar, para no dejar ningún testigo del hecho.
Solo hubo tres sobrevivientes del hecho. Dos de ellos fueron llevados a un hospital en el que permanecieron bajo fuerte custodia policial, y el otro era un infante que al momento del crimen tenía tres años.
A la banda se le atribuye además una serie de robos cometidos entre 2014 y 2015, haciéndose pasar por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC). Luego montaban retenes de tránsito para detener a los furgones y así robar los cabezales con los productos que transportaban.
Dichos robos ascienden a un total de 363 mil 67 dólares, añadió la Fiscalía.
Los procesados en este juicio son: Juan José Urbina, Marlon Rafael Valencia, Douglas Ernesto Polanco, Carlos Mauricio Bautista, José Santos Ortiz, Víctor Misael Rivera, Edwin Alfonso Rivera, Edgardo Rudith Pérez, Milton Omar Zaldaña, Edwin Eberto Morazán, Juan Ramón Deras, José Mario Bernal y Pablo Antonio Pérez.