La ministra del Medio Ambiente, Lina Pohl Alfaro, confirmó este viernes que la entidad se encuentra monitoreando permanentemente seis volcanes por considerarse “activos”: Santa Ana, Izalco, San Salvador, la caldera de Ilopango, San Vicente y Chaparastique.
Al igual que la vecina Guatemala, que actualmente lidia con tres volcanes en actividad de manera simultánea, y que encara la tragedia provocada por la erupción del volcán de Fuego el pasado 3 de junio, El Salvador tiene un territorio flanqueado por volcanes.
Esto se debe a la ubicación geográfica de El Salvador, que está en plena zona de convergencia de la placa tectónica de Cocos, a 50 kilómetros de las costas salvadoreñas, la cual choca con la placa del Caribe. En total, entre pequeños conos volcánicos y de alto relieve, El Salvador posee 170 volcanes en su territorio.
Las autoridades salvadoreñas han intensificado el rastreo sobre los volcanes activos, a raíz de la erupción del volcán de Fuego en Guatemala y la activación en días recientes del Pacaya y el Santiaguito, siempre en el país vecino.
Un equipo de vulcanólogos visitó Guatemala en los días posteriores a la erupción del volcán de Fuego y ver cómo esto puede afectar al país. De momento, el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) ha descartado que la erupción violenta de un volcán en Guatemala no significa necesariamente la activación de otros volcanes en países vecinos.
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El monitoreo más constante se centra sobre el volcán Chaparrastique, el cual permanece en constante actividad y ha tenido tres erupciones de importante magnitud entre 2013 y 2016.
El nivel de RSAM que se considera como normal para un volcán es de 50. Por bastante tiempo, tres esas erupciones, la actividad del Chaparrastique estuvo por encima de ese nivel y a raíz del desastre que dejó el Volcán de Fuego, los índices de RSAM del también conocido como volcán de San Miguel, han vuelto a sobrepasar la normalidad.
Después del volcán de Chaparrastique, el volcán de Santa Ana es el de más reciente erupción. El 1 de octubre de 2005, el coloso también conocido como “Ilamatepec”, tuvo una violenta erupción que coincidió con la llegada del Huracán Stan, lo cual facilitó el desplazamiento de los escombros emanados del cráter del volcán y afectó varias comunidades que se edificaron en sus faldas. Por ese incidente murieron dos personas y otras siete resultaron heridas.
Mientras que la última erupción del volcán de San Salvador o Quezaltepeque data de 1917. El material que arrojó el volcán acabó con una gran estela de vegetación en el sitio que hoy se conoce como El Playón, provocando además el surgimiento de otro volcán conocido como “El Playoncito”.
Recientemente, la Dirección de Protección Civil realizó una evaluación en los municipios aledaños al volcán, para evaluar cual sería el impacto que tendría una erupción del mismo, luego de 100 años.
Una eventual erupción afectaría a 11 municipios en los departamentos de La Libertad y San Salvador, perjudicando a medio millón de personas, según estas evaluaciones.
El volcán de Izalco, también llamado “el faro del pacífico” por su constante actividad entre los siglos XVIII y XX, registró su última actividad alrededor del 1966. En tanto, la caldera de Ilopango, un lago de origen volcánico, tuvo su último incidente eruptivo a finales del siglo XIX.
No obstante, las autoridades registraron un enjambre sísmico en abril de este año en la zona del Lago de Ilopango, haciendo recordar de la naturaleza volcánica del cuerpo de agua alojado en la zona central del país.
La mayoría de los volcanes del país son considerados “holocénicos”, es decir, que se cuenta con registros de erupciones en los últimos 10 mil años. No obstante, también se tiene registro de un vulcanismo más antiguo (alrededor de 100 mil años) en la zona norte. Un ejemplo de estos volcanes antiguos son Cacahuatique y Guazapa.