Los salvadoreños viven hoy las últimas horas de espera para conocer el lugar y la fecha en la que monseñor Óscar Arnulfo Romero, conocido desde hace años como «San Romero de América», será elevado a los altares, y albergan la esperanza de que el rito sea en El Salvador.
El papa Francisco presidirá este sábado el consistorio para comunicar la fecha y el lugar de la canonización Romero, del papa Pablo VI y de otros beatos de la Iglesia católica, noticia que será conocida en horas de la mañana en Europa, madrugada en El Salvador.
Más de dos meses han transcurrido desde que el papa Francisco, el primer sumo pontífice latinoamericano, firmó el decreto del milagro por intercesión del arzobispo y por el que será proclamado santo, más de 38 años después de su asesinato.
Después de que Francisco diera luz verde a la santificación de Romero, llamado también la «voz de los sin voz», se manejaron varias hipótesis sobre el sitio de canonización, pese a que prima la costumbre de celebrar estos actos en el Vaticano.
Una primera hipótesis era que Francisco oficiará la canonización en el Vaticano junto con la del papa Pablo VI, con quien se guardaba estima, según el postulador de la causa Vincenzo Paglia, al término del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes convocado del 3 al 28 de octubre próximo.
Otra posibilidad era que el papa oficializará la elevación a los altares de Romero durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá, que se celebrará entre el 22 y 27 de enero de 2019, pero está fue desmentida casi inmediatamente por la Iglesia panameña.
También se barajó la posibilidad de que el pontífice argentino llegara a San Salvador, en ocasión del viaje a Panamá en enero próximo por Jornada Mundial de la Juventud, para celebrar con los salvadoreños la canonización de su primer santo.
Pero los jerarcas católicos salvadoreños han tratado de no alimentar esta espectativa, y varios religiosos han optado por destacar que una canonización desde la Ciudad del Vaticano colocaría el legado de Romero un peldaño más arriba.
La comunidad «romerista», como se hacen llamar los seguidores y devotos de Romero, han organizado una vigilia en la cripta de la catedral de San Salvador, donde descansan los restos de «la voz de los sin voz», para esperar la decisión.
El arzobispo salvadoreño, José Luis Escobar, ha pedido a todas las iglesias de la Arquidiócesis de San Salvador celebrar misas de «acción de gracias» la tarde de este viernes en honor a la esperada decisión, y sonar las campanas la mañana del 19 de mayo como «signo de júbilo por la noticia».
Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón armado de la derecha mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de SanSalvador, en los días previos al estallido del conflicto armado salvadoreño (1980-1992).
En sus mensajes, Romero denunciaba todas la injusticias de aquel entonces y defendía a los más pobres y desprotegidos, lo que le costó la vida.