Henry y José eran buenos amigos desde que estudiaban en el colegio Santa Cecilia de Santa Tecla. Se hicieron adultos y la amistad continuó intacta. Formaron sus propias familias y se frecuentaron con constancia.
José era gerente de maquinaria de la empresa Monelca. Henry, por su parte, le proveía material. La amistad llegaba hasta los negocios. Ambos se conocían muy bien. Había mucha confianza.
En el año 2004, Henry le pidió a José que le diera trabajo a su esposa Celina. José aceptó. La llevó a la empresa como su secretaria. Al inicio todo fue normal. Pero las cosas cambiaron a los pocos meses.
Al inicio fueron palabras bonitas y buenos tratos. Luego, José comenzó a seducir a Celina. La enamoró. Pero ella no le hizo caso y le exigió respeto. Eso le molestó mucho al gerente de Monelca.
Fue entonces que contrató a un sicario para que privara de libertad a Celina y la llevara a diversos lugares (moteles y oficinas de Monelca). Ahí la violaba. La golpeaba. La torturaba. Y hasta grababa con una cámara los abusos sexuales. Eso ocurrió entre 2004 y 2005.
En el expediente judicial quedó constatado que fueron seis veces las que José abusó de Celina. Pero no solo eso. Pasado un tiempo, el gerente de Monelca la despidió.
Por esos días, Celina se enteró que producto de las violaciones había quedado embarazada. Pero guardó silencio. No le dijo nada a su esposo y decidió tener a su hijo.
Cinco años después le confesó a su esposo que había sido violada por José y que uno de sus hijos no era de él. Fue entonces que decidieron interponer una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR).
Pero la investigación nunca trascendió. Henry, el esposo de Celina, denunció que un alto jefe de la FGR había paralizado y engavetado la investigación.
El caso estuvo parado hasta mediados de 2016. El fiscal general Douglas Meléndez supo de ese expediente y ordenó una investigación.
Para entonces, a Celina le habían detectado un cáncer en el vientre que avanzaba con rapidez. Pero no se dio por vencida. Siguió peleando para que el caso llegara a los tribunales y se hiciera justicia.
Celina brindó varias declaraciones ante la Fiscalía General. Antes de morir, en una cama del hospital Médico Quirúrgico del Instituto del Seguro Social, detalló los abusos que José había cometido contra ella. Finalmente falleció en mayo de 2016.
El caso llegó a tribunales. A inicios de octubre del año pasado, el Juzgado Primero de Instrucción de Santa Tecla declaró la nulidad absoluta de la audiencia inicial y todas las actuaciones posteriores en el proceso judicial contra José Guillermo López Martínez, gerente de Monelca, y José Luis Figueroa, presunto sicario. El caso pasó a un juzgado de Lourdes.
Al primero se le atribuyen los delitos de violación agravada y otras agresiones sexuales agravadas en la modalidad continuada y al segundo violación agravada continuada y extorsión en perjuicio de Celina Lizbeth Santos Aguiluz.