Minutos antes de ser capturado por agentes policiales, Mario Huezo llegó a un hotel capitalino para ser entrevistado por una periodista de Noticiero Univisión.
Ahí, frente a cámaras, aseguró que no tenía nada que ver con el asesinato de su esposa Karla Turcios, quien trabajaba como periodista en La Prensa Gráfica.
“A mí me costó aceptar que yo iba a ser el primer señalado. No me explico que alguien que tenga cinco minutos conmigo pueda pensar que yo le hice algo a ella”, manifestó.
Huezo recordó entre lágrimas las virtudes de Karla que más lo enamoraban. “Había algo que me gustaba mucho de ella; era lo inteligente y lo rápido que era para tener las ideas en mente. Respondía rápido y estaba muy enterada de todo”.
“Hay muchas cosas que yo quisiera borrar… quiero recordarla como era. Nunca le dije que ella me hacía feliz, que tenía una vida feliz”.
Turcios, quien desapareció el pasado 14 de abril, fue encontrada muerta al siguiente día sobre la carretera que de Santa Ana conduce hacia la ciudad de Santa Rosa Guachipilín, ubicada en el municipio de Metapán, departamento de Santa Ana. Dos bolsas plásticas le cubrían el rostro. Tenía una prenda íntima de mujer atada al cuello y rastros de golpes en su cuerpo.
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Desde un inicio, Mario Huezo se convirtió en uno de los sospechosos de haber perpetrado el asesinato de su esposa. Incluso, los rumores sobre su captura se divulgaron en redes sociales días antes que fuera arrestado.
Pero las autoridades lo descartaron. Fue hasta la noche del pasado lunes que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Policía Nacional Civil (PNC) informaron sobre la captura de Huezo.
La Policía detalló que el ahora imputado mintió en las versiones que brindó a las autoridades. Fueron contradictorias y confusas.