La hoja profesional de Rafael Hernán Cortez está llena de manchas. Es un cuestionado abogado que ha prestado servicios a narcotraficantes y a personas acusadas por delitos de corrupción.
Su trayectoria profesional está repleta de contradicciones. Por ejemplo, en julio de 2009, investigadores policiales descubrieron que Hernán Cortez había sido notario de Edwin Reinaldo Argueta Contreras, conocido como El Porras, quien estaba perfilado como un temido narcotraficante del oriente del país vinculado a Los Perrones.
El expediente de El Porras era voluminoso. En los archivos policiales aparecía su nombre por delitos de contrabando, narcotráfico y tráfico de personas. Era uno de los cabecillas más importantes dentro de la estructura de Los Perrones.
Para ese entonces, a mediados de 2009, Hernán Cortez era el jefe de la Sección Occidental de la Fiscalía General de la República (FGR). Además trabajaba como notario de El Porras, quien no solo tenía una bastedad de automóviles de lujo, sino que también un sinnúmero de inmuebles.
Muchas de las escrituras de compraventa de esos inmuebles fueron realizadas con el protocolo de Hernán Cortez, quien entonces era jefe fiscal.
Los investigadores policiales le seguían los pasos a El Porras. Les parecía extraño que en cuatro años (de 2004 a 2008) adquiriera más de 50 inmuebles, la mayoría en el departamento de Usulután. Pero también en San Salvador, Santa Ana, San Miguel, Morazán y La Unión.
Los investigadores descubrieron que en al menos 20 escrituras de compraventa de los inmuebles de El Porras aparecía el nombre de Rafael Hernán Cortez Saravia como el notario.
Cuando periodistas de El Diario de Hoy le preguntaron a Hernán Cortez por sus vínculos con El Porras, este respondió que ninguna ley le impedía fungir como notario.
Los periodistas le cuestionaron que cómo era posible que un jefe fiscal tuviera vínculos con un sujeto que estaba perfilado como narcotraficante. Las respuestas de Hernán Cortez fueron ambiguas y evasivas. Aseguró que no conocía personalmente a El Porras. Sus respuestas fueron una evidente contradicción.
«La Ley Orgánica de la Fiscalía y la Ley de Notariado no me inhabilitan para ejercer el notariado», esgrimió Hernán Cortez a reporteros de El Diario de Hoy en julio de 2009.
Un mes después, El Porras fue asesinado junto con otros colaboradores. Fue sacado de una barra show de la capital y su cadáver apareció en un predio baldío del municipio de Ilopango. Las autoridades policiales aseguraron que el móvil del crimen fue un ajuste de cuentas.
Defensor de un prófugo
Hernán Cortez es uno de los abogados más mediáticos de Enrique Rais, quien desde hace más de un año se encuentra prófugo de la justicia tras una acusación por delitos de corrupción.
El abogado Cortez es uno de los defensores que más recursos ha presentado para tratar de liberar de cargos penales a su cliente. Fue quien presentó una denuncia en contra del exdirector del Centro de Escuchas Telefónicas por cometer supuestas ilegalidades al intervenir el teléfono de Enrique Rais.
También Hernán Cortez es de los abogados que han planteado, en instancias judiciales, que los audios de las llamadas intervenidas a Enrique Rais no tienen ninguna validez legal porque no se utilizaron en las fechas que establece la ley.
A su juicio, la Fiscalía debió destruir esos audios que delatan a su cliente. En las llamadas se escucha a Enrique Rais dando órdenes de comprar a funcionarios públicos para afectar a sus adversarios: su exabogado y dos empresarios canadienses con quienes pelea el relleno sanitario de MIDES.
Hernán Cortez no cuestiona el contenido de los audios, sino el proceso utilizado por la Fiscalía. Es decir, no pone en duda que su cliente haya corrompido a funcionarios públicos sino que los audios ya no tienen validez legal. Esa es la lógica de su defensa.
Conductor peligroso
El cuestionado abogado Hernán Cortez fue capturado el 20 de mayo del año pasado por conducir en estado de ebriedad en las calles de San Salvador.
Según informó la Policía de Tránsito, el abogado de Enrique Rais tuvo un accidente entre las 3:30 de la madrugada entre la alameda Manuel Enrique Araujo y la avenida Olímpica de San Salvador.
Los policías de tránsito le practicaron una prueba de alcohol y resultó con 105 miligramos por decilitro de sangre. Algo que está penalizado por la legislación salvadoreña.
Hernán Cortez fue detenido y encerrado en las bartolinas de la División de Tránsito Terrestre. El artículo 147-E del Código Penal establece que la conducción peligrosa se refiere a manejar en estado de ebriedad o bajo los efectos de las drogas.
Actualmente, Hernán Cortez continúa siendo abogado defensor de Enrique Rais, quien, además de ser un fugitivo en El Salvador, está siendo investigado por presunto lavado de dinero en Suiza.