Los problemas para Mario Calderón comenzaron cuando le recomendó a Enrique Rais que pagara la deuda (aproximadamente $5 millones) que tenía con los empresarios canadienses Matteo Pasquale y Franco Pacetti, por el negocio del relleno sanitario de MIDES.
A pesar que era su abogado de confianza, a Rais no le gustaron las sugerencias de Mario Calderón. Su respuesta fue ignorar sus posiciones legales. Y lo comenzó a relegar.
A Rais no le interesaba pagar, quería hacer las cosas a su manera. Y, de pronto, las recomendaciones de Calderón se convirtieron en sospechas.
Rais creía que Mario Calderón estaba a favor de los canadienses y que sus posturas solo beneficiaban a sus adversarios. Entonces decidió despedirlo.
Mario Calderón no era cualquier empleado de Rais. Era su abogado de confianza, su mano derecha. En 2001, cuando Rais fue capturado y procesado por delitos de corrupción, Mario Calderón fue su abogado defensor. Lo sacó de prisión y logró el sobreseimiento definitivo a su favor.
Enrique Rais rompió vínculos laborales con Calderón a mediados de 2013. Se deshizo de uno de los hombres que más conocía sus secretos personales y comerciales. Eso le preocupó a Enrique Rais y comenzó una persecución en su contra.
Para ese entonces, Luis Martínez ya era el fiscal General de la República. Enrique Rais lo hizo su aliado y lo utilizó para destruir a sus adversarios: a los empresarios canadienses y a Mario Calderón.
Las acusaciones contra los canadienses y contra su antiguo abogado comenzaron a llegar a los tribunales. Calderón fue capturado por varios delitos, entre ellos, por extorsión.
Los argumentos jurídicos fueron absurdos. La Fiscalía aseguró que Mario Calderón había obligado a Enrique Rais a pagarles a los canadienses un dinero que no les debía.
Persecución
Enrique Rais también arremetió contra Claudia Herrera, esposa de Mario Calderón. La mandó a la cárcel con trampas y falsedades. También compró a fiscales y jueces para montarle una acusación fraudulenta. Al menos así lo aseguraron los fiscales que investigaron el caso.
A Claudia le levantaron tres cargos penales de manera arbitraria. El primero se lo fijaron porque supuestamente portaba una falsa licencia de conducir. Y fue condenada. Pero la sentencia fue anulada tiempo después.
Otra acusación fue porque, según sus enemigos, amenazó al empresario Enrique Rais cuando los dos conducían por una calle de San Salvador. Rais alegó, basado en un falso peritaje, que esa supuesta amenaza le causó un daño mental valorado en un millón de dólares.
Mientras tanto, las acusaciones contra Mario Calderón habían aumentado. El plan de Rais era mantenerlo aislado. Lo quería en prisión. De esa manera evitaba cualquier alianza entre su exabogado y los canadienses.
Cuando Douglas Meléndez sustituyó a Luis Martínez en la Fiscalía General descubrió una serie de anomalías, de casos que habían sido montados contra los adversarios de Enrique Rais, entre ellos Mario Calderón y su esposa Claudia Herrera.
Enrique Rais fue capturado en agosto de 2016 por los delitos de falsedad ideológica, fraude procesal y cohecho activo. La Fiscalía también giró orden de captura contra Luis Martínez, un juez y otros funcionarios públicos que habrían participado en la trama.
Después de eso, todos los procesos penales que Enrique Rais había promovido contra su exabogado Mario Calderón y su esposa Claudia Herrera comenzaron a ser revertidos.
Claudia Herrara y Mario Calderón recuperaron su libertad luego de un año de estar en prisión. La Cámara Segunda de lo Penal con sede en San Salvador, por ejemplo, confirmó el 27 de noviembre de 2017 el fallo absolutorio a favor del exabogado de Enrique Rais.
Mario Calderón también fue absuelto de otros procesos penales que Rais había promovido en su contra. Ahora Mario Calderón está en libertad y Enrique Rais es un fugitivo que se esconde de la justicia.