Wilfredo Guerra continúa prófugo de la justicia. Huyó del país hace siete meses cuando la Fiscalía General de la República (FGR) ordenó su captura por el delito de lavado de dinero. La Policía Nacional Civil (PNC) no lo ha localizado en el país.
Lo extraño es que aún no se le ha decretado orden de captura internacional. Al menos en el sitio web de INTERPOL no aparece su ficha personal. Wilfredo Guerra se esconde de la justicia al igual que su padre, el exalcalde de Metapán Juan Umaña Samayoa.
Wilfredo Guerra es el presidente de las empresas Agroindustrias Gumarsal y Molinos San Juan. Ambas empresas han estado en el ojo de las autoridades porque el capital con el que las construyeron siempre fue sospechoso. De hecho, Juan Samayoa, padre de Wilfredo Guerra, ha sido señalado como uno de los cabecillas del Cártel de Texis, una banda que opera en el occidente del país.
La hoja de vida de Wilfredo Guerra tampoco ha sido limpia. Su historial delictivo no es nuevo. En 2014 fue acusado por el delito de evasión de impuestos. Los fiscales lo procesaron por evadir $637,119.95 en carácter personal, más $364,806.93 en calidad de responsabilidad subsidiaria especial como representante de la empresa Agroindustrias Gumarsal.
Esa investigación desembocó en una acusación más grave. En abril de este año, la Fiscalía ordenó su captura por el delito de lavado de dinero. La acusación es extensa y compleja. Los movimientos financieros que Wilfredo Guerra realizaba en sus empresas eran sospechosos.
Ingresaba dinero a diferentes cuentas bancarias pero lo retiraba en corto tiempo. Luego las cerraba. Además, declaraba al fisco ingresos menores de los que realmente obtenía. También adquiría préstamos bancarios y compraba inmuebles por montos arriba de los ingresos económicos reportados. Los fiscales concluyeron que la procedencia de ese dinero era oscura.
Los peritos financieros, por ejemplo, detectaron que Wilfredo Guerra invirtió, entre los años 2006 y 2013, una cantidad de 869 mil dólares en la adquisición de bienes inmuebles, pero solo obtuvo 556 mil 411 dólares de utilidades. Eso evidenciaba que no tenía capacidad económica para comprarlos. La Fiscalía, además, le cuestiona que el dinero para la compra de esos inmuebles no salió ni entró en sus cuentas bancarias.
El análisis financiero determinó que Wilfredo Guerra obtuvo un incremento patrimonial no justificado en el orden de los 8 millones 11 mil 392 dólares. Los fiscales creen que ese dinero pudo ser lavado.
Millonario de la noche a la mañana
Wilfredo Guerra no nació en una familia de empresarios. Su madre vendía en el mercado municipal de Metapán y su padre también era un mercader. Su infancia la vivió en un cuarto de mesón del mismo municipio.
En una entrevista con el periódico El Faro, Wilfredo Guerra relató que cuando era un adolescente trabajó descargando camiones y vendiendo en el mercado. En 1992, decidió viajar con su padre a San Salvador para vender granos en el centro capitalino.
Compraban granos a los agricultores que llegaban al centro con sus costales y luego los vendían. Ahí comenzó su ascenso. De la noche a la mañana, el capital financiero creció aceleradamente.
En 1997, se aliaron a José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, para fundar la empresa Agroindustrias Gumarsal. La empresa empezó a operar en febrero de 1998. Años después, Wilfredo Guerra era un millonario. Incluso, llegó a ser presidente del equipo de fútbol Metapán.
En la misma entrevista con el Faro, Wilfredo Guerra dijo que Chepe Diablo era como su “segundo padre”. En mayo de 2014, Adán Salazar fue declarado por los Estados Unidos como capo internacional de la droga.
Años antes, el mismo periódico El Faro o había publicado un extenso reportaje donde reproducía unos informes policiales que detallaban sobre la existencia de un cartel de la droga en el occidente del país denominado Cártel de Texis. Juan Samayoa, padre de Wilfredo Guerra, aparecía como uno de los cabecillas. José Adán Salazar, socio en el negocio de los granos, era el otro jefe.
Mafia del frijol
En 2014, Diario 1 reveló que detrás del negocio del frijol operaba una mafia que involucraba al alcalde de Metapán Juan Samayoa y la misma empresa Gumarsal, presidida por su hijo Wilfredo Guerra.
La mafia estaba conformada por familiares de Guerra y hasta por concejales de la alcaldía de Metapán. En los últimos años, Gumarsal ha sido la máxima exportadora de frijol en el país y se han publicitado como unos empresarios honestos, que venden los granos a precios justos.
Pero lo cierto es que, por debajo de la mesa, jugaban con el hambre de la gente: escondían miles de quintales de frijol, aseguraban que había escasez e inflaban los precios. De esa manera obtenían grandes ganancias.
Fue la misma Defensoría del Consumidor quien los descubrió y los multó por acaparar el frijol en tiempos de escasez.
En 2015, Wilfredo Guerra y Juan Samayoa acusaron al periodista Lafitte Fernández y al empresario Adolfo Salume por el delito de calumnia. Aseguraron que se les había llamado lavadores de dinero. El juez de primera instancia condenó a los procesados. Sin embargo, tribunales superiores revirtieron la condena.
En abril de 2017, la Fiscalía acusó a Wilfredo Guerra por el delito de lavado de dinero. No fue capturado porque huyó de la justicia. Ahora es un prófugo.
Premio entregado por Javier Simán
En noviembre de 2016, la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) le entregó a Wilfredo Guerra, entonces presidente de Gumarsal, el premio “Empresa Modelo 2016-2017” por “cumplir con los Estándares Éticos de la Industria”.
Gumarsal fue una de las 41empresas que recibieron ese reconocimiento entregado por Javier Simán, entonces presidente de la ASI.
“Los estándares éticos que promovemos desde la ASI representan una visión de negocios, cuyo objetivo final es impulsar una cultura de negocios responsable, basada en principios éticos y en el firme cumplimiento de la ley”, dijo Javier Simán, presidente de la ASI, en el marco de la entrega del mencionado premio.
Actualmente, Javier Simán es precandidato presidencial de ARENA, quiere gobernar El Salvador a partir del 2019.
Carlos Calleja vende productos de Gumarsal
A pesar que la Fiscalía ha acusado penalmente a Wilfredo Guerra por delitos de lavado de dinero, Súper Selectos continúa vendiendo productos de Agroindustrias Gumarsal.
Súper Selectos es administrada por Carlos Calleja, otro de los precandidatos de ARENA para la elección presidencial de 2019.
Actualmente Gumarsal está siendo administrada por el Consejo Nacional de Administración de Bienes (CONAB). La Fiscalía General ha iniciado un proceso extinción de dominio para quitarle esa y otras empresas a Wilfredo Guerra.
El publi-periodista y el diputado defensor
El locutor Raúl Beltrán Bonilla, quien se presenta como periodista, ha sido uno de los que han publicitado en sus programas de radio los productos de Agroindustrias Gumarsa, empresa que Wilfredo Guerra habría utilizado para lavar dinero.
Gumarsal ha sido uno de los principales clientes de los programas radiales de Beltrán Bonilla, quien no solo le da publicidad a esa empresa, sino que se la pasa adulando a los dueños: Wilfredo Guerra y su padre Juan Samayoa.
Por su parte, el diputado del PCN, Francisco Merino ha sido uno de los férreos defensores de Guerra y Samayoa.
Cuando la Fiscalía ordenó la captura de ambos, Merino salió las calles a protestar, a decir que Guerra y Samayoa eran personas honradas. ¿Por qué metió las manos al fuego por dos personas acusadas de lavadores de dinero?
Metapán FC, el equipo del cártel de Texis
La historia del Fútbol Club Metapán cambió en 2006. Ese año hubo cambios en la directiva y contrataron a Edwin Portillo como técnico. Ese mismo año, Juan Samayoa, uno de los directivos del equipo, asumió como alcalde de Metapán.
En 2007, Adán Salazar asumió la presidencia del equipo y, durante su administración, ganó seis campeonatos de la Liga Mayor de Fútbol, palmarés nunca antes obtenido en su historia.
La clave del éxito fue sus financistas, quienes contrataron a los mejores jugadores de la liga y posicionaron en la élite del fútbol salvadoreño al Metapán a pura chequera.
Esos financistas eran José Adán Salazar y Juan Samayoa, ambos señalados como cabecillas del cártel de Texis. En ese mismo círculo aparece Wilfredo Guerra, presidente de Gumarsal. Los tres han fungido como presidentes de ese equipo.
Wilfredo Guerra y Juan Samayoa asumieron las riendas del Metapán a partir de 2011. Desde entonces han ganado cuatro campeonatos de liga.
En marzo del año pasado, Juan Umaña Samayoa, tuvo un altercado con aficionados del Santa Tecla. Las cámaras de vigilancia captaron la pelea ocurrida en el estadio Jorge «Calero» Suárez.
Samayoa, incluso, mordió la oreja de uno de los aficionados con los que se enfrentó a golpes. Después, en declaraciones a la prensa, dijo no acordarse de ese bochorno.
Adán Salazar no se desvinculó del fútbol nacional. Fue directivo y presidente de la Liga Mayor de Fútbol. Pero, en 2014, fue designado por los Estados Unidos capo internacional de la droga.
Las contradicciones de Wilfredo Guerra
En una entrevista con Ernesto López, transmitida días antes que se ordenara su captura, Wilfredo Guerra reiteró que Gumarsal estaba legalmente constituida y que no tenía nada que ver con el lavado de dinero
“Gumarsal es una empresa fiscalizada por el ministerio de Hacienda y por todas las autoridades. Nosotros estamos abiertos a cualquier investigación y a cualquier auditoria porque no tenemos nada que ocultar porque somos cumplidores de la ley”, dijo Guerra en esa entrevista.
Sin embargo, días después, cuando la Fiscalía ordenó su captura por lavado de dinero, Wilfredo Guerra huyó de la justicia. Ahora es un prófugo de la justicia.