La violencia recrudeció en la última semana en El Salvador, con un importante incremento del número de asesinatos que las autoridades atribuyen a las pandillas, pese al endurecimiento de las medidas de seguridad.
«Estamos registrando actualmente un incremento en los asesinatos, es una situación en la que estamos trabajando, hay operatividad de la policía en el terreno para frenar esta situación y que tiene su explicación en los grupos criminales de las pandillas», declaró el director de la Policía Nacional Civil, comisionado Howard Cotto.
Según las autoridades, El Salvador venía registrando este año un promedio de entre 10 y 12 homicidios diarios, por debajo de años anteriores, pero las cifras se dispararon desde el 12 de octubre.
El día 14 se contabilizaron 24 muertes violentas, el día 15 fueron 29, el 16 fueron 23, el 17 se llegó a 24, similar al día 18.
Las acciones violentas de las pandillas han llevado a las autoridades a redoblar los patrullajes con policías y soldados, con vehículos artillados en zonas rurales y en varios puntos de la capital.
En la última semana, las pandillas asesinaron a cuatro agentes policiales, dos soldados, y un último caso se registró este jueves cuando un militar fue asesinado por pandilleros en la zona rural de la ciudad de Apaneca, 91 km al oeste de San Salvador, según la fiscalía.
«Las pandillas, con el incremento de los homicidios, buscan hacer presión para que no continuemos con las medidas extraordinarias en seguridad, pero no vamos a ceder», remarcó Cotto.
En lo que va del año han sido asesinados 38 policías y 20 soldados.
Desde marzo del año pasado el gobierno intensificó el combate a las pandillas con medidas extraordinarias de seguridad que incluyen controles redoblados en los presidios para evitar la comunicación de cabecillas de pandillas con el exterior.
– ¿Medidas ineficaces? –
Esas medidas parecen ser ineficaces, pues las muertes violentas continúan y algunos días recrudecen, estimó el analista y académico Dagoberto Gutiérrez, vicerrector de la Universidad Luterana.
«¿Qué sentido tiene sacar vehículos artillados militares a la calle? ¿Mostrar fuerza? Pero ¿a quién?, pues las muertes continúan. las medidas extraordinarias no están funcionando, el gobierno debe repensar cómo enfrentar la situación», señaló Gutiérrez a la AFP.
En un editorial publicado el miércoles, la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) apuntó que El Salvador «anda mal» en materia de seguridad pública y recordó que «las políticas de seguridad represivas no son solución al problema de la violencia».
«La situación se ha agravado hasta lo intolerable», advirtió la UCA, que considera que las actuales medidas para enfrentar la violencia son como «la acción de un gobierno desesperado que da manotazos a ciegas».
«No se puede pretender erradicar la violencia mientras no se toquen las raíces de las que brota. La falta de empleo, la exclusión social, las miserables condiciones en las que viven miles de salvadoreños componen el caldo de cultivo del mal que nos sofoca», insistió la universidad jesuita, que hace poco denunció la existencia de presuntos grupos de exterminio que tienen como objetivo a las pandillas.
Para el exdirector del Instituto de Medicina Legal (forense), Miguel Fortín, también es necesario «impulsar una verdadera política de prevención», para «evitar que los jóvenes, de quienes se nutren las pandillas, caigan en sus garras».
En El Salvador hay unos 70.000 pandilleros, de los cuales 16.000 están encarcelados.