El pesimismo en la población llega a los niveles más altos observados en los últimos 30 años. Un 87% de la población considera “se avanza por el camino equivocado”, según la reciente encuesta de la empresa CID Gallup.
El costo de la vida y la inseguridad son los problemas que más están afectando a los salvadoreños, de acuerdo con el referido sondeo que se realizó en El Salvador entre el 18 y 24 de setiembre de 2017.
Las finanzas en el hogar han empeorado, o se mantienen igual, del año 2016 a la fecha. Esto está impactando directamente el nivel de vida del ciudadano y la tranquilidad del hogar.
La situación económica de los salvadoreños se mantiene igual o ha empeorado con respecto al año anterior. Este sentimiento tiende a ser más común entre aquellos de nivel socioeconómico medio o bajo y residentes fuera de San Salvador.
Por el contrario, quienes hoy indican están mejor y se muestran optimistas, se presentan con mayor frecuencia en el grupo menor de 24 años. “Sus integrantes mantienen la esperanza que podrán resolver algunos problemas económicos, ya sea porque un familiar en el exterior le aumente las remesas, o porque vislumbra una mejoría económica en el hogar”.
La preferencia partidaria ofrece diferencias en la percepción futura económica. Los seguidores del FMLN en un 53% opinan que no habrá cambios en su estatus económico; en el otro extremo están los areneros, quienes en 44% consideran que los próximos doce meses serán peores que en la actualidad.
En uno de cada cuatro hogares −24%− vive al menos una persona que ha sido víctima de la delincuencia en los últimos cuatro meses. El impacto negativo del crimen tiende a ser mayor en Gran San Salvador.
El 52% de los ciudadanos considera que la delincuencia ha aumentado en los últimos cuatro meses, mientras que solo un 18% cree ha disminuido. El resto sostiene que “sigue igual” y que “ya está tan mal que no puede ser peor”.
Las finanzas en el hogar han empeorado, o se mantienen igual, del 2016 a la fecha. Esto está impactando directamente el nivel de vida del ciudadano y la tranquilidad del hogar.
Dentro de este contexto, el ciudadano se encuentra insatisfecho con la forma que el presidente Salvador Sánchez Cerén lleva a cabo sus funciones al frente del Poder Ejecutivo y la mayoría (54%) le califica “mal” o “muy mal”. Sánchez Cerén obtiene un índice en sus funciones de 31 puntos negativos (se restan opiniones “mal” y “muy mal” de “bien” y “muy bien”).
Según CID Gallup, la evaluación que recibe Salvador Sánchez Cerén (31 puntos negativos) es la más baja observada en los últimos 30 años en el país. Por el contrario, Francisco Flores y Mauricio Funes contaban a estas alturas de sus respectivas administraciones con 35 y 34 puntos positivos respectivamente.
La empresa encuestadora aseguró que el clima de miedo y terror que está envolviendo a la población salvadoreña, es posible que está afectando negativamente la percepción que se tiene del rumbo que está siguiendo El Salvador, lo cual es una tendencia que se inicia en el año 2011 y se acentúa y agrava desde el 2014. En el último trimestre de este año 2017, alrededor de 9 de cada diez adultos salvadoreños opinan que su país no va por un buen camino.
“El pesimismo está generalizado en todo el territorio nacional y muy en especial a las personas de entre 18 y 29 años de edad. Es comprensible entonces el por qué es en estas edades donde se genera más la emigración hacia otros países en especial Los Estados Unidos. Estos jóvenes huyen en busca de una trabajo y calidad de vida y huyendo de las maras y el peligro”.
El fracaso de Óscar Ortiz
La población sufre la violencia que siembran los pandilleros, especialmente del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS), que también libran entre ellos una encarnizada disputa territorial en muchos municipios del país. Como respuesta al desbordamiento de la violencia, el gabinete de seguridad, dirigido supuestamente por el vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, ha sacado al Ejército a las calles.
El gobierno maneja la tesis que el incremento de la criminalidad se debe a la disputa territorial, pero según los mismos reportes de la Policía la mayoría de personas que mueren a diario productos de la espiral delincuencial no son pandilleros.
El temor es evidente entre la población. El nerviosismo se ha apoderado de muchas personas que, aunque están cansadas de tanta violencia, amenazas y extorsiones, prefieren callar y solo claman entre dientes que el municipio vuelva a la normalidad.
El panorama de los salvadoreños es sombrío, de incertidumbre, que ya la percepción es que no funcionan los planes contra la delincuencia y, por consiguiente, hay un evidente fracaso en esta área.
La militarización de la seguridad pública, ordenada por el gabinete de seguridad, no está ayudando a reducir la criminalidad. Y muchos ven esa medida como un acto político con miras a las próximas elecciones, sobre todo si se toma en cuenta que algunos de los que actualmente están a cargo de la seguridad podrían buscar una candidatura.
CID Gallup indica que en uno de cuatro hogares del país, alguno de sus residentes ha sido víctima de un acto delincuencial en los últimos cuatro meses. Esta proporción se ha mantenido estable en los últimos cuatro años con fluctuaciones entre 21% y 25%.
En Gran San Salvador es donde hay más delitos contra las personas, a la vez, los informantes que más reportan esos hechos, se encuentran en los grupos de edad menores de 39 años. Ellos están más expuestos: van a sus trabajos, salen a diferentes horas del día, también acuden a centros de diversión… Es una exposición que facilita el acceso a los delincuentes y criminales, añade el sondeo.
Sobre la criminalidad, en las entrevistas sobre este tema, algunos indicaban, que “ya no se puede ni ir a trabajar, los mareros los encuentra en todas partes”, “no hay seguridad ni en los buses, a veces hay asaltos cuando se viaja en ellos”, “lea usted los periódicos y vea los noticieros, solo crímenes feos donde descuartizan a las personas”, afirma CID Gallup.