Pandilleros del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS) libran una encarnizada disputa territorial en San Martín, municipios al oriente de San Salvador donde en las últimas semanas ha aumentado el número de asesinatos y las amenazas contra la población.
En pleno centro del municipio, a pocas cuadras de la delegación de la Policía Nacional Civil (PNC), los ciudadanos han visto cómo mataron a un vendedor de cebollas, un panadero, un repartidor de gas propano, un músico y un vendedor de periódicos. Sin embargo, como es usual, nadie se atreve a hablar ni denunciar estos homicidios.
El parque central de San Martín se ha vuelto una carnicería humana. Ahí ya nadie puede caminar seguro y muchos ya ni se acercan porque ha sido el escenario de los últimos crímenes, pese a que enfrente está la alcaldía municipal y una parroquia.
Según la Policía, las personas asesinadas tenían vínculos con pandillas o vivían en zonas asediadas por una pandilla y trabajaban en un lugar donde opera la estructura pandilleril contraria.
No obstante, esos planteamientos son comunes y hasta se han convertido en un estribillo. Para algunos lugareños, ciertas personas están “pescando en río revuelto” aprovechando la desbordada violencia que se vive en el país. A raíz de enemistades y ajuste de cuentas, por ejemplo, se podrían estar contratando a pandilleros como sicarios.
La población de San Martín vive en zozobra. El domingo pasado, muchas personas que acudieron al mercado central a realizar las acostumbradas compras de la semana se regresaron de inmediato a sus casas porque un grupo de pandilleros corrió el rumor que la zona se iba a poner “caliente”. Incluso dijeron que la gente no saliera de sus casas después del mediodía.
El temor era evidente entre la población. El nerviosismo se apoderó de muchas personas que, aunque están cansadas de tanta violencia, amenazas y extorsiones, prefieren callar y solo claman entre dientes que el municipio vuelva a la normalidad.
A esta incertidumbre se añade que los habitantes en el Proyecto Santa Teresa tienen que caminar más para llegar a sus casas. Los autobuses de la ruta 140 no llegan hasta ese lugar porque los motoristas han sido amenazados por pandilleros aparentemente de la MS.
Este martes hubo otro asesinato en San Martín, pero supuestamente no tiene que ver nada con pandillas. Una persona que se conducía en una mototaxi fue la víctima.